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Un minero llanerense fallece en Málaga al excavar un túnel para una autovía de peaje

Una perforadora golpeó a Joaquín Gonçalves, de 40 años, quien trabajó en las minas de Belmonte y Cerredo y en la ampliación del metro de Madrid

Joaquín Gonçalves, en plena tarea en la estación de metro de Bilbao, en Madrid, hace unos meses. MIKI LÓPEZ

Presumía de ser "el último minero asturiano" del metro de Madrid, "el último asturiano, el único que resiste". Hace unos meses, el pasado abril, LA NUEVA ESPAÑA le dedicaba un reportaje en sus páginas a Joaquín Gonçalves Cañadas, "Joako", natural de la localidad de Lugo de Llanera, que llevaba la mina en la sangre y había trabajado sacando oro en Boinás (Belmonte de Miranda) y excavando túneles a lo largo y ancho de España, incluida la Variante de Pajares. Fue en un túnel, el ubicado en la zona de Nagüeles de la autopista de peaje AP-7, a su paso por el término municipal de Marbella, en Málaga, donde encontró la muerte en la madrugada de anteayer miércoles en plena jornada laboral. Tenía 40 años y deja dos hijos.

Era la una de la madrugada del miércoles cuando se produjo el luctuoso percance. Una perforadora golpeó mortalmente a este llanerense. Cuando los servicios de emergencias llegaron hasta el lugar del accidente. Había fallecido. Los sindicatos malagueños organizaron ayer una concentración para mostrar su repulsa por este accidente laboral, pues suman 18 trabajadores muertos este año.

Gonçalves había vivido en Llanera y en Mieres. Era considerado "como maquinista, el mejor, el número uno". El llanerense presumía de ser el único que llevar en el trabajo un casco de minero, que conservaba desde que trabajó en la mina de oro de Boinás. También pasó una temporada en la mina de Coto Cortés, en Cerredo. En la mina se sentía "como en casa", aunque había aprendido a manejar maquinaria trabajando "a la madera".

Antes de pasar por las minas había trabajado abriendo el túnel de El Pertús, entre España y Francia, y uno de los de la Variante de Pajares, entre la Pola de Gordón y Güiza, en León. También abrió un canal de agua en Cuenca y una galería para un museo sobre una antigua mina de cobre romana en Huelva.

Esa querencia por la mina, los túneles y las vías férreas le venía de familia. Su abuelo y un tío suyo habían sido mineros, y su padre, Manuel Joaquín Gonçalves, natural de Portugal, emigró a Asturias de joven para colocar las vías del puente de piedra de Renfe en Serín. Allí conoció a la que sería su esposa, Dolores Cañadas, que vivía en Villabona. El padre también trabajó en Madrid tendiendo vías, la ampliación de la línea 7 del Metro madrileño, que une el noroeste de la capital con los municipios de Coslada y San Fernando de Henares. Varias tíos de Gonçalves residen en Lugo de Llanera, donde la noticia corrió como la pólvora. "Siempre dije que eras la persona más currante que conocía, ironía de la vida te vas currando y no me lo creo todavía", reflexionó una de las amigas del fallecido del instituto Cerdeño. Los padres del finado residen desde hace un tiempo en Portugal, tras la jubilación del cabeza de familia.

Aunque Joaquín Gonçalves había trasladado su residencia a Madrid y en los últimos tiempos estaba trabajando en Málaga, no se olvidaba de su tierra asturiana y regresaba siempre que podía, cada quince días, para visitar a las amistades y familiares que tiene en la región.

El funeral de cuerpo presente se celebrará mañana sábado a las doce del mediodía en la iglesia parroquial de Santa María de Lugo de Llanera, y, acto seguido, se procederá a su incineración. La capilla ardiente quedará instalada esta mañana en el tanatorio Puente Nora de Paredes (Siero), donde se podrán dar las condolencias a la familia y dar el último adiós al "último minero asturiano".

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