Una noticia mala y otra buena. Primero, la mala. La cifra de partos en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) cayó el año pasado hasta niveles desconocidos, 1.894, una cifra muy inferior a los 2.028 registrados el año anterior y no digamos, por ejemplo, con respecto a 2009, año de eclosión de la crisis financiera mundial, cuando el número de alumbramientos fue de 2.708. En lo que va de siglo, y seguramente en mucho más tiempo, el complejo hospitalario de Oviedo nunca había quedado por debajo de los 2.000 partos.
La buena: el HUCA ha consolidado una reducción sólida de la tasa de cesáreas. El año pasado fue del 13,7 por ciento, la más baja de toda la serie histórica desde 2004. Los datos de evolución muestran índices de cesáreas elevadísimos en el complejo ovetense. Por ejemplo, del 28 por ciento en 2004. En aquellos años, los responsables sanitarios los achacaban a la complejidad de numerosos partos que llegaban al HUCA derivados de otros hospitales de la región. En el momento actual, esta derivación continúa, pero los especialistas del área de Obstetricia han conseguido revertir la tendencia. A juicio de la OMS, la tasa ideal de partos con cesárea oscila entre el 10 por ciento y el 15 por ciento.
