El joven que atropelló al asturiano Misael García causándole la muerte reconoce que fumó un porro de marihuana con sus amigos, aunque asegura que lo hizo "diez horas antes" del suceso que tuvo lugar el pasado domingo en la carretera de acceso a la estación de Fuentes de Invierno, en la vertiente asturiana del puerto de San Isidro. Así se lo contó el implicado a su abogada, quien defiende que su cliente no estaba bajo los efectos del cannabis cuando arrolló con su furgoneta al fallecido.
"Los test de saliva ofrecen resultados positivos hasta 72 horas después de haber consumido, pero eso no significa que en ese momento estuviese drogado. Cuando llegó la Guardia Civil, en el mismo lugar del accidente, se le practicaron las pruebas de signos externos y se demostró que estaba en perfectas condiciones: hablaba correctamente, no tenía las pupilas dilatadas y su comportamiento era normal dentro de lo afectado que se encontraba por lo ocurrido", señala la letrada.
La defensa del joven berciano asegura que de haber mostrado signos de estar bajo los efectos de las drogas no hubiese salido del cuartel de la Guardia Civil de Pola de Lena después de prestar declaración. "Lo dejaron marchar y ahora estamos a la espera de que el expediente pase a los juzgados de Pola de Lena una vez que se hayan hecho los análisis pertinentes de la saliva en un laboratorio especializado". Esos análisis serán cruciales para determinar el futuro del conductor, que se enfrenta a un posible delito de homicidio imprudente.
El hombre -de iniciales N. Y.- tiene 27 años y reside en la localidad berciana de Camponaraya (León). En un primer momento, fue llevado a las dependencias de la Guardia Civil, donde permaneció hasta que se le tomó declaración, pero no durmió en los calabozos.
La noticia que tiñó de luto Asturias el pasado domingo también cayó como una losa en el pueblo leonés en el que reside el conductor que arrolló a Misael García. Sus amigos y conocidos lamentan profundamente la muerte del asturiano, "que es una auténtica desgracia y sin duda un daño irreparable". "Es un chaval de 27 años al que le encanta el snowboard y en general el deporte. Había ido a esquiar con unos amigos y tuvo un accidente fatal que seguramente le va a pasar factura durante toda su vida", explica uno de sus vecinos, que prefiere mantenerse en el anonimato.
