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La revolución de Milos Tuñón

Lena homenajea a su "Mujer del Año": nació en octubre del 34 y, tras una vida muy difícil, se fue a Chiapas de ayuda humanitaria

Natalia Ahilagas, Milos Tuñón y Gema Álvarez, ayer. C. M. B.

El 5 de octubre de 1934 nació la revolución. Y la lenense Milos Tuñón, que casi es decir lo mismo. Esta vecina, de 82 años, recibió ayer el galardón "Mujer del Año". Un premio que entrega la concejalía de Igualdad anualmente -coincidiendo con el 8M- y que valora las vidas llenas de valentía. De eso le sobra a Tuñón: hija "del amor desordenado", que decían entonces, enviudó joven y sacó adelante a la familia. A los 62 años, se fue a Chiapas (México) a luchar por la causa. Por cierto, ella acudió al acto del Día de la Mujer sin saber que era la premiada.

La sentaron en primera fila, le dijeron que quizás tendría que leer un poema: "Yo prefiero decir la verdad, todo lo que valemos las mujeres", replicó ella. Pero allí se sentó, bastón en mano, y tardó un poco en darse cuenta de que la concejala de Igualdad, Natalia Ahilagas, estaba presentando el premio a la "Mujer del Año". El oído, que a veces le falla, no la dejó escuchar bien la narración de su vida que leyó la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez.

Una pena porque, aunque ya la haya vivido, bien merece recordarla a diario. Tuvo una infancia dura, difícil. Tenía vocación religiosa, pero la rechazaron en la Comunidad porque no tenía recursos y al no estar reconocida por su padre biológico. Se casó y tuvo dos hijos -Juan y José Manuel Estrada, que ayer la acompañaron-: "Los hijos no son nuestros, hay que acordarse siempre. Puedes dar la vida por ellos, pero no te pertenecen", resalta ella siempre.

A su marido le cayó un costero en la mina. Ella, con 32 años, quedó viuda. Si valentía es su nombre, resiliencia es su apellido: abrió un videoclub, que llegó a tener 12.000 películas. Y una cafetería, que la ayudó cuando el primer negocio empezó a ir mal. "Estoy orgullosa de no deber nada a nadie", dice. Todo lo que tiene en su vida "se lo debe al trabajo y a su empeño".

Por fin llegó la edad de jubilación. Con ella, para la mayoría, también la tranquilidad. No para Milos. Decidió ayudar a la causa en Chiapas, México: estuvo en medio de una guerra, en el corazón de la selva. "Allí fue testigo de miseria, de secuestros, de mujeres violadas y muchachos tirados en la cuneta", afirman sus familiares.

En este punto ya, los aplausos emocionaron a Milos Tuñón. Con problemas de movilidad, se negó a que bajaran a darle el ramo. Ella, agarrada a su nieta y a Natalia Ahilagas, subió las escaleras. Leyó unas palabras: "Gracias por apreciarme, por creer que las mujeres valemos para más que para tener hijos". El 5 de octubre de 1934 nació la revolución. Y la lenense Milos Tuñón, que casi es decir lo mismo.

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