La asturiana Sofía Castañón, diputada y portavoz adjunta de Podemos en el Congreso de los Diputados, hizo ayer una defensa a ultranza del anteproyecto de la ley de igualdad sexual y negó que exista polémica en torno a él, aunque admitió que "tendrá modificaciones, como cualquier otro". Añadió que las críticas responden a que "los avances feministas históricamente encuentran una fuerte resistencia y aún así, el movimiento siempre ha sido pionero en ideas progresistas". Solo unas horas antes, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se refirió a las críticas por la rebaja en las condenas según el anteproyecto, y aseguró que la clave "no es la cantidad de las penas", sino que "ya no es necesario probar que hay violencia con intimidación".
Sofía Castañón incidió en que "hay una capacidad transformadora enorme". Defendió a las redactoras del texto y señaló que lo importante es que la nueva ley cumplirá con el Pacto de Estado aprobado en 2019, con el Convenio de Estambul del Consejo de Europa y coloca en el centro el consentimiento expreso a mantener relaciones sexuales. "Abarca desde la detección a la protección, el acompañamiento y la reparación", señaló. También destacó "una noticia de profundo consenso porque dejará de existir el abuso y sólo existirá la agresión". Respecto de las críticas en medios jurídicos, señaló que "quizás damos demasiada importancia a los titulares y no a los avances en derechos que aplaude la prensa internacional".
Montero, también se refirió en una entrevista radiofónica a las críticas por la rebaja de las condenas que supone el texto de la futura ley. Y en relación a que las penas de los condenados por el caso de La Manada podrían bajar con la reforma del Código Penal que se propone, señaló lo importante es que se despeja cualquier duda sobre si hay distinción entre abuso o agresión "en esta violación grupal salvaje".
"La clave del cambio del Código Penal no tiene tanto que ver con el rango de las penas, las hay que suben y otras cambian, sino que ya no es necesario probar que hay violencia con intimidación, ni el consentimiento de la mujer para participar en un acto sexual", remarcó. "Ningún juez podría haber dicho que observa jolgorio, no habría ninguna duda" en la tipificación del delito y "la víctima tendría un acompañamiento especializado, habría un juzgado específico o la sociedad no habría cuestionado si la víctima podría hacer una vida normal".
Ha destacado la importancia de que coincida la aprobación de la futura ley con la celebración del 8M, cuando se sale a la calle para exigir "la redistribución de la riqueza, del tiempo y de los cuidados y que las mujeres no cobren menos salario o pensiones".
