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Los queseros de gamonéu dejan de producir ante el temor al freno de las ventas

"No me afecta el coronavirus", sostiene la joven saregana Sara Berros tras montar un invernadero poco antes de la crisis sanitaria

Venta de gamonéu, en Cangas de Onís. J. M. C.

Aunque el campo asturiano mantiene el pulso debido a que su actividad es esencial para abastecer la cadena alimentaria, los productores siguen adelante no sin grandes contratiempos e incertidumbre por si podrán mantener el ritmo.

De hecho, ya algunos sectores han empezado a notar las consecuencias de la crisis sanitaria debido al coronavirus, que mantiene España en estado de alerta desde el pasado 15 de marzo.

Algunas queserías de gamonéu del valle, en el oriente asturiano, empiezan a dejar de elaborar por la caída de las ventas. Sus propietarios disponen de piezas en las cuevas de maduración, pero están preocupados por la situación.

"La Semana Santa se fue al traste y había bastante queso elaborado para sacar al mercado y como no se sabe cómo va ser el verano, pues da miedo seguir produciendo y asumiendo muchos costes", comenta una elaborada de queso gamonéu DOP, variedad del valle, quien aun se está pensando si cesa la producción por un periodo de tiempo ante la incertidumbre económica por el coronavirus. "Nosotros no paramos de momento, pero lo estamos estudiando. Es un momento muy difícil para todos los sectores y nos coge de lleno", añadió.

Algunas queserías ya dejaron de elaborar y la leche se la han empezado a recoger las empresas lácteas. Y es que hay queso más que suficiente a estas alturas del año madurando en cueva para atender la demanda en el momento en que la situación empiece a mejorar. Otro tanto de lo mismo pasa con varios elaborados del queso cabrales DOP, igualmente decididos a parar la elaboración de este manjar de los Picos de Europa a raíz de la drástica caída de las ventas por la consiguiente crisis y la pandemia.

A la joven emprendedora Sara Berros la crisis la ha pillado en pleno despegue. De hecho, empezó su proyecto el pasado mes de octubre y ahora está en plena temporada alta para sacar rédito a sus labores agrícolas. Y es que se enfrascó en la agricultura poco antes de que se proclamase el estado de alarma.

Esta saregana de 25 años, hija de agricultores, aprendió el oficio desde la cuna y ahora está trabajando a pleno rendimiento, a pesar de la paralización de muchas actividades productivas tras decretarse el estado de alarma. "La crisis del coronavirus no me afectó en absoluto. Tampoco puedo comparar si las ventas son mejores o peores porque no tengo otro año con el que poder comparar", concreta.

Esta emprendedora, además, conoce el oficio a la perfección. "Mi familia tiene varias fincas y fue fácil establecerse aquí sin tener que comprar el terreno. Además, mis padres ya tienen invernaderos y me conozco bien el trabajo desde pequeña", comenta.

La joven de Sariego se hace cargo de varios invernaderos que juntos suman una extensión de 3.000 metros cuadrados, aunque también admite que no está sola en estos menesteres. "Algo me ayudan mis padres", dice, que, al fin y al cabo, son quienes le inculcaron el amor por la agricultura y el sector primario, tan importante en estos tiempos de incertidumbre.

Berros Vega cultiva principalmente lechugas, tomate y judía amarilla. La rentabilidad de este negocio, por ahora, está dando sus frutos. "Tenemos un acuerdo con un mayorista que nos compra toda la producción y eso da una seguridad muy grande", confiesa. Además, para afrontar la inversión que tuvo que realizar para poner en marcha los invernaderos "tengo pedidas las ayudas de la Consejería, una la de primera incorporación de jóvenes y otra que es un plan de mejora", concreta.

Berros Vega apuesta al 100% por el sector primario y por seguir viviendo en el lugar donde nació, Sariego. Para ella, dedicarse a la agricultura es algo "tan normal que me extraña que la gente se sorprenda cuando sabe que me dedico a esto". Forma parte de una nueva generación de agricultores que siguen apostando por sus raíces y por las labores agrícolas, indispensables para el enriquecimiento de los concejos asturianos y, ahora más que nunca, imprescindibles para la sociedad.

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