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Concepción Saavedra | Gerente del Servicio de Salud del Principado

"La baja incidencia en Asturias demuestra una respuesta acertada al covid-19"

"Algunos cambios han venido para quedarse, pero en los centros de salud la base es la atención presencial"

Concepción Saavedra, en su despacho del Sespa. IRMA COLLÍN

Concepción Saavedra (Lugo,1967) asumió la dirección del Servicio de Salud del Principado (Sespa) en septiembre pasado. Apenas medio año después le ha tocado afrontar la mayor crisis sanitaria global en cien años, sin protocolos, ni libro de ruta previo. "Nunca he vivido una situación similar", admite. Pasado el primer embate apela a la prudencia. Es consciente de que puede haber rebrotes y repuntes, pero se queda con el esfuerzo y la capacidades demostrada por los profesionales de la sanidad pública asturiana.

- ¿Cómo valora la respuesta sanitaria al covid-19, la de España y la de Asturias?

-Esta crisis supuso un test de esfuerzo para nuestro sistema sanitario público. En Asturias, los resultados dicen que la respuesta fue adecuada, aunque no podemos estar contentos del todo cuando hablamos de personas fallecidas. El sistema de Asturias ha demostrado ser potente y capaz de dar respuesta a situaciones como esta. En el conjunto de España, el Ministerio de Sanidad pasó de un papel de coordinación a hacerse cargo de esa respuesta común. Dentro de toda la dificultad que supone afrontar una emergencia mundial sanitaria, creo que fue una respuesta buena.

- ¿Cuándo se empezó a hacer en Asturias acopio de material, como mascarillas y Epis, que fue el mayor quebradero de cabeza al principio de esta crisis?

-Cuando la Organización Mundial de la Salud plantea el 11 de marzo que existe una pandemia ya había un problema importante de desabastecimiento. En Asturias, el 26 febrero ya tuvimos una reunión donde hablamos de esa situación y hablamos de adelantar los pedidos y también de aumentar los equipos de protección a los profesionales. Ese adelanto de los pedidos, a través de una compra centralizada, nos dio un colchón y nos permitió tener una situación bastante controlada y que en todo momento se siguieran los protocolos establecidos para los profesionales. El 12 de marzo hicimos uno de los mayores pedidos de mascarillas, luego hubo compras constantes.

- ¿Fue necesario adquirir respiradores en Asturias en esa etapa crítica?

-Empezamos con 93 camas de UCI y llegamos a duplicarlas, hasta casi 204, gracias al material que ya teníamos pero también gracias al cedido por centros concertados y clínicas privadas. En esa etapa crítica la actividad quirúrgica se paró y tenemos que agradecer la cesión de respiradores de los centros privados. Conseguimos llegar a esa capacidad gracias al esfuerzo de todos. Ahora, en este momento de repliegue en las UCI, hemos comprado 82 respiradores invasivos y no invasivos, no solo para esta situación sino porque debemos estar preparados para una respuesta adaptativa. El Ministerio de Sanidad nos exige en 5 días tener la capacidad que ya ofrecimos durante la crisis sanitaria. Ahora mismo, contamos con 119 camas de UCI, hemos devuelto los respiradores que nos habían cedido y hemos adquirido más propios.

- Al inicio de la pandemia hubo protestas de profesionales sanitarios, por falta de equipos de protección. ¿Estaba justificado ese malestar?

-En todo momento seguimos los protocolos establecidos por el Ministerio de Sanidad y hechos por expertos en epidemiología y prevención de riesgos laborales. Fuimos distribuyendo el material semanalmente, para que nuestros profesionales estuvieran protegidos. En esa reunión del 26 de febrero se habló de racionalizar los recursos por el desabastecimiento, pero en ningún momento hubo falta de aportación de material a los profesionales por parte del servicio de salud.

- ¿Cuántos profesionales se han contagiado de covid-19?

-Ahora mismo en el Servicio de Salud hay 22 contagios activos y 270 altas confirmadas. En total 292 casos. Luego tenemos en aislamiento a otros 29 profesionales, que tuvieron un contacto con contagiados pero no son positivos.

- Acaba de trascender la primera sentencia, todavía no firme, por falta de medidas de prevención para el personal, en Teruel-. ¿Teme que pueda haber más, en cascada, en todo el país?

-Lógicamente, es un derecho que tiene cualquier persona. No es un temor, entiendo que habrá más en todas las comunidades.

- ¿Tiene constancia de alguna denuncia en Asturias?

-Los registros estuvieron cerradas hasta el 1 de junio, si hubo alguna situación nos llegará a partir de ahora.

- ¿Observó miedo en los profesionales sanitarios?

-Estar en primera línea forma parte de nuestro trabajo y nuestra vocación. Lo han demostrado en esta crisis sanitaria. No tengo más que palabras de agradecimiento para todos los profesionales del Servicio de Salud. ¿Qué existiera miedo? Es lógico que pueda existir un cierto temor en una situación como esta, que nunca habíamos vivido, con las muchas incertidumbres que había . No recuerdo una situación como esta. Pero demostraron que éramos capaces de dar una respuesta y que lo hacemos bien y seguimos en primera línea, a pesar de todo.

- Se habla de muchos profesionales agotados y quemados. ¿Percibe usted esa situación?

-Hemos estado es una situación de tensión. Los servicios han vivido una calma tensa, a la espera. Nuestros profesionales no han tenido vacaciones, no han disfrutado ningún día y han estado ahí muchas horas. Hubo que reordenar turnos y entiendo que ahora están cansados y se merecen poder disfrutar en el período estival del merecido descanso de las vacaciones.

- La encuesta de seroprevalencia sitúa a Asturias como una de las comunidades con menor incidencia del coronavirus. ¿Qué lectura hace de ese dato?

-Para mí es una buena noticia. Significa que le hemos dado una respuesta acertada. Nuestro objetivo inicial era contener la curva de incidencia y se ha logrado. Una incidencía más alta habría significado un mayor número de enfermos y contagiados y mayor mortalidad. Nuestra responsabilidad ahora es la misma, evitar el aumento de incidencia hasta que no tengamos un tratamiento más específico o una vacuna. Nuestro riesgo era mucho mayor, al ser la comunidad más envejecida y con más usuarios de residencias. Hemos hecho las cosas bien.

- ¿Quiénes han sido los grandes héroes del sistema sanitario ante esta crisis?

- Hay varias claves. Fue muy importante la anticipación y planificación que, en parte se lo debemos a Salud Pública y a nuestro sistema de Vigilancia Epidemiológica. Fue clave la Atención Primaria, que hizo el seguimiento domiciliario de aquellos pacientes positivos, pero sintomáticos leves, porque evitaron una saturación de los servicios de Urgencias y de los centros sanitarios, cosa que no ocurrió en otras comunidades. Otra clave fue el Laboratorio de Virología del HUCA, que con su PCR propia nos permitió sortear la escasez en los mercados sobre las pruebas, y hacer un número de pruebas muy importante sobre el personal más expuesto: el hospitalario y el de las residencias. La labor de contención en las residencias de mayores fue excelente.

- ¿Medicalizar las residencias fue fundamental para frenar el impacto del coronavirus?

-Totalmente. Debemos tener en cuenta que Asturias es la comunidad más envejecida, con casi 15.000 usuarios. Se convirtieron las residencias en un ámbito sanitario. Se hizo una valoración de cada usuario; se sectorizaron por el tipo de paciente; se derivó a aquellos que por su situación necesitaban otros medios mayores, como el hospital o la propia UCI. Todo eso supuso que no hubiera transmisión dentro de cada residencia. Al mismo tiempo se realizó una gran labor de formación de los profesionales, se crearon circuitos, siempre en coordinación con la consejería de Derechos Sociales. El cribado fue muy importante, nos permitió detectar casos asintomáticos.

- ¿A cuánto asciende la factura del covid-19 respecto al dinero presupuestado a principios de 2020 para el Sespa?

-Todavía es muy pronto para un balance. Por ejemplo, en material de protección estamos 15 o 20 veces por encima del año pasado.

- ¿Y en personal?

-La nueva estructura, con nuevas plantas de covid-19, obligó a reforzar el número de profesionales en un 11,8 por ciento en personal de atención hospitalaria y un 10 por ciento en atención primaria. Y en verano tendremos que seguir reforzando la plantilla y, probablemente, durante todo el año.

- ¿Llegará el dinero suficiente del fondo anunciado por el Estado para cubrir ese gasto adicional?

-Espero que sí. Tenemos absolutamente claro, cuantificado y separado lo que supone el gasto generado por el covid-19.

- ¿Cuánto dinero supusieron las instalaciones habilitadas en el HUCA, la Feria de Muestras de Gijón y Barros en Langreo?

-El hospital de campaña del HUCA nos lo cedió y montó la unidad militar de Cabo Noval. Por suerte, y también por la labor en atención primaria, no ha sido necesario para la labor prevista de pretriaje. Ahora se usa para hacer pruebas de autocovid, desde el coche. El hospital H144, en Gijón, que es un hospital provisional, tuvo unos gastos de apertura y equipamiento de unos 450.000 euros y ahora el gasto mensual, para mantenimiento, supone en estimación unos 200.000 euros. Y en Barros pusimos el material, el personal y el gasto de alimentación.

- ¿A la vista de esas previsiones, esperaban un escenario mucho más complicado en Asturias?

-La anticipación es fundamental, por eso pensamos en la peor situación, basándonos en la opinión de los expertos. Teníamos una gran incertidumbre sobre lo que iba a ocurrir, por lo visto en otros países y en otras comunidades.

- ¿Temen un repunte o rebrote con el aumento de la movilidad?

-En esta nueva fase de desescalada tenemos que ser mucho más prudentes y cautos en las medidas de protección. La posibilidad de rebrote y repunte existe. Confiamos en la respuesta colectiva de la población. Pero los sanitarios que vivieron esta crisis en primera linea tienen la sensación de que se está olvidando un poco la necesidad de esa respuesta colectiva.

- ¿Cómo ve el futuro de la atención primaria?

-Vamos a mantener la reagrupación actual, ahora que empieza la actividad sanitaria habitual. Debemos tener separación en dos circuitos para evitar la transmisión. Y seguiremos con la llamada previa al centro de salud y poder decidir si requiere una atención telefónica, presencial, domiciliaria o simplemente burocrática; en junio vamos a empezar a pilotar la videollamada. Son cambios que han venido para quedarse.

- ¿No se estará poniendo demasiada confianza en la atención telefónica, sin el contacto directo con el paciente?

-La base es la atención presencial, que no la vamos a quitar nunca. Nadie ha dicho que se va a sustituir una por otra. Se trata de complementar.

- Ahora toca afrontar las listas de esperas. ¿Cuántos pacientes hay más en espera que a finales de febrero?

-Los tiempos máximos de la lista de espera dejaron de correr, por la pandemia. En la crisis sanitaria, seguimos trabajando y se atendió a las urgencias y a los preferentes. Ahora mismo, probablemente la situación de la lista de espera no ha empeorado, al no haber habido entradas pero sí algunas salidas. Pero sabemos que al comenzar la actividad sanitaria fuera del covid, habrá un número de pacientes que necesitará una consulta, una prueba o una intervención quirúrgica.

- ¿Qué estrategia seguirán: trabajo a turnos, más horas extra?

-Habrá que optimizar recursos, priorizar y también reprogramar. Estamos contratando, para tener recursos humanos suficientes y, como ya veníamos haciendo, volveremos a trabajar con los centros concertados para alguna prueba, alguna consulta e incluso alguna intervención quirúrgica. Nuestra intención pasa por controlar la lista de espera en los tiempos establecidos.

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