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Me quedo en el pueblo | Villademar

Nueva vida moldeada en Cudillero

Edel Rzepka y Roberto Angueira dejaron atrás Toledo, donde ejercían como protésicos dentales, para dedicarse a la cerámica en Asturias

Roberto y Edel, trabajando en una de sus piezas. ANA PAZ PAREDES

Si hay algo que transmiten casi de forma inmediata Edel Rzepka y Roberto Angueira es pasión por lo que hacen y por el lugar donde decidieron vivir tras tomar una decisión que tenían muy clara y donde Asturias y el arte, mediante el ejercicio de la cerámica y la escultura, fueron determinantes para hacer un cambio radical de vida. Naturales de Buenos Aires (Argentina), iniciaron su vida en España en el pueblo de Mejorada, a unos cuatro kilómetros de Talavera de la Reina (Toledo). "Trabajábamos ambos como protésicos dentales, pero ya en ese momento también manteníamos una relación con el arte, íbamos haciendo cosas", recuerda Roberto, mientras que Edel añade: "Hace cuatro años que queríamos dejar esa profesión. El tema estaba cada vez peor, cada vez trabajabas más y cobrabas menos. Total, que nos plantamos y decidimos poner en marcha un nuevo proyecto de vida", añade ella.

Él acudió como oyente a Bellas Artes durante un tiempo mientras que Edel, una enamorada de la cerámica, dejó su trabajo durante dos años "y me metí como una loca a estudiar el nivel superior de cerámica en la Escuela de Arte. Si te apasiona lo que haces te puedes pasar la vida haciendo cosas. Nunca te cansas", matiza ella. Ambos decidieron un día romper con todo para empezar una nueva vida. Viajaron a Argentina y allí tomaron la decisión de vender lo que les pertenecía para regresar y hacer realidad su sueño de vivir y trabajar en Asturias. "Quemamos las naves para volver a navegar de nuevo, por así decir", explican. "Regresamos primero a Toledo y en cuanto pudimos empezamos a buscar casa en Asturias. Unos amigos nos invitaron a pasar unos días y nos enamoramos de esta tierra nada más pisarla", afirman ambos. Durante quince días hicieron un periplo enorme por toda la región buscando alguna casa para comprar y habilitarla para vivir y como taller. No fue tarea fácil, pero al final encontraron la que hoy es su hogar en Villademar (Cudillero).

"Nos gustó la casa no solo porque estaba bien distribuida, también porque está en una zona con buen acceso por carretera, bien conectados". Roberto, con un sentido del humor envidiable, pues va a la par con la ilusión con la que habla de su vida en común y su trabajo en Villademar, recuerda el primer momento en que la vieron: "Cuando encontramos esta casa nos gustó y nos asustó en la misma proporción, estaba fatal y había mucho por hacer. Contratamos una empresa para lo básico; la rehabilitación del piso y la instalación de la luz. El resto lo vamos rehabilitando nosotros poco a poco".

En el año 2017 se instalaron en esta casa, en cuyo bajo se encuentran su taller y su exposición, un trabajo que firman con el nombre de Edeltraud, Arte y Decoración. Realizan todo tipo de trabajos en cerámica, incluida la cerámica maciza, una de las especialidades de Edel, tanto para decoración como para uso cotidiano. Así, y junto a las esculturas, también realizan mobiliario artesanal de todo tipo, con diseños propios, con gran protagonismo de materiales reciclados. Edel también ofrece talleres de cerámica por un día a las personas que estén interesadas en participar. Actualmente, además, está inmersa en un hermoso proyecto de "homenaje a la naturaleza" con la realización de mil peces de cerámica que en una especie de escultura móvil y con una iluminación adecuada espera poder mostrar en algún recinto adaptado para ello. "Es una forma de agradecer a la naturaleza lo que ella nos da. Además, están haciendo peces mucha gente y todos llevan su numeración. Te animo a que participes", señala.

Ambos están muy satisfechos con la decisión que un día tomaron de vivir y trabajar en el medio rural en Asturias. "Nuestras expectativas se están cumpliendo porque cuando la gente ve nuestro trabajo lo quiere, y eso nos da confianza", señala ella, que confiesa que la primera vez que pisó Asturias "ya dije que quería quedarme aquí. A mí no me bastaba venir de vacaciones. Necesitamos vivir aquí. Estamos encantados. Tanto por el lugar que elegimos como por los vecinos que tenemos", dicen los dos. En cuanto a si es posible comenzar de nuevo en el campo, viviendo y trabajando en él, ambos creen que no pueden afirmar nada aún con rotundidad, sobre todo porque "los dos primeros años estuvimos reformando la casa y este último año empezamos con nuestra producción. Pero estamos en el camino. Digamos que estamos comenzando, pero creemos que sí, que se puede. Sin olvidar que al principio cuesta salir adelante. Hay que perseverar", afirman.

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