"Estamos contentos porque haya osos, pero también preocupados por los problemas que puedan acarrear tanto a los vecinos en general como a los profesionales del sector primario de la zona", señalaron los vecinos del pueblo de La Vara. No es el primer avistamiento de osos en el entorno del Aramo, pero sí el primero documentado e inédito, porque ocurrió en un lugar poblado.
Fue en la tarde del jueves. "Los perros empezaron a ladrar y a ladrar. No eran unos ladridos como cuando se 'despista' un jabalí y baja hasta aquí", explicó Manuel Mallada. Un vecino le avisó de que un osezno estaba trepando por el árbol, justo frente a su casa.
"Quedé alucinado. Ya había escuchado que el oso estaba por el concejo, pero ahora puedo decir que lo vi con mis ojos", destacó. Hace verdad lo que hasta ahora eran indicios. La semana pasada, unos ganaderos encontraron rastros de un oso grande en La Mostayal (a escasos tres kilómetros de La Vara). Un productor denunció daños en su ganadería. En concreto, la muerte de tres cabras. Aunque la Guardería del Principado lo registró como daños del lobo, el ganadero insiste en que el autor fue un oso: "Había marcas de las garras en los animales muertos", afirma. Los vecinos no entran en debates, pero son rotundos: "Nadie puede negar que hay osos en Morcín y necesitamos medidas que garanticen la convivencia".