Las estadísticas de la consejería de Salud reflejan 2.435 casos de coronavirus en Asturias, confirmados por PCR pero el impacto de la pandemia ha sido mayor. Los centros de salud de la región atendieron a más de 15.000 pacientes con síntomas de covid-19, hasta el pasado 11 de mayo. El dato lo facilitó Pablo Pérez Solís, coordinador de estrategia de Atención Primaria del Principado, que compareció ante la comisión de estudio de la gestión del coronavirus en Asturias (que arrancó ayer en el parlamento autonómico y bajo la presidencia de la diputada de Ciudadanos Laura Pérez Macho), para extraer conclusiones que permitan una mejor respuesta si llegan los temido rebrotes del coronavirus en los próximos meses.
"La mayoría son casos no confirmados", precisó Pablo Pérez. Esos 15.000 pacientes "cumplían criterios clínicos" de covid-19 pero "no había capacidad para hacer PCR a todos, se manejaban criterios clínicos y la mayoría eran seguidos en sus domicilios", según comentó el responsable de Atención Primaria. Un seguimiento que en las primeras semanas fue "activo" y luego ya se basó en una autovigilancia en la que los pacientes debían llamar al centro de salud correspondiente "si había síntomas".
El número de pacientes controlados desde los centros de salud de la región es prácticamente idéntico a la tasa que atribuyó a Asturias el macroestudio de seroprevalencia, realizado entre el 18 de mayo y el 1 de junio por el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Pública Carlos III, que era del 1,6 por ciento sobre el conjunto de la población. Una de las más bajas del país. Es una situación positiva, porque refleja una menor incidencia de la existente en otros territorios, pero que sitúa a Asturias como una de las comunidades del país más expuesta a eventuales rebrotes.
Pablo Pérez Solís explicó ante la comisión de estudio parlamentaria la "reorientación" en la red de Atención Primaria para convertirla en el eje de la primera respuesta a los pacientes con síntomas compatibles con el covid-19. En los centros de salud "hubo menos atención cuantitativa pero más cualitativa. Las consultas eran más complejas, con estrés de profesionales", apuntó el coordinador de Atención Primaria, quien hizo hincapié en el "cambio brutal" que ha sido preciso acometer en los centros de salud para dar respuesta a la pandemia del coronavirus. La atención telefónica a los pacientes con síntomas más leves de covid-19, para evitar el "paso masivo" de pacientes por los centros de salud, y en paralelo, la atención prioritaria al seguimiento de pacientes crónicos formaron parte de esa nueva estrategia, en la que también se apostó "por postergar algunas actividades vinculadas a patologías de menor riesgo".
La atención en los centros de salud "ha sido clave en la contención, el cuidado y la resolución de los pacientes que tuvieron la enfermedad, ya sea caso confirmado o posible", resumió Pérez Solís, quien también miró al futuro inmediato que se avecina. "Ahora mismo la atención primaria es el eje de la vigilancia epidemiológica. Ahora todos los pacientes con síntomas van al centro de salud y se les hace la prueba PCR con lo cual son detectados en Atención Primaria, se inicia el aislamiento precoz y el seguimiento de los contactos, que vuelve a ser activo".
Pablo Pérez Solís explicó que en Asturias se aplicaron durante la pandemia "protocolos específicos, seguidos con interés por otros compañeros de España", más allá de los trasladados por el Ministerio de Sanidad, sobre todo en el campo relativo a "la orientación de triaje" que, según aseguró, funcionaron "bastante bien". El "reto" inmediato, avanzó el coordinador de Atención Primaria, pasa por inicidir en la seguridad, tanto de los pacientes como del personal sanitario de los centros de salud y evitar "la situación anterior de masificación. Hay que ir a una recuperación progresiva de la actividad presencial que esté bien orientada".
