Francisco Javier Valbuena, director general del Sanatorio Nuestra Señora de Covadonga -la clínica privada con más pacientes de covid derivados de la sanidad pública- y presidente de la Fundación Pondera, confesó que hubo cierto "desconcierto" al principio de la crisis, cuando se observó que se derivaba a pacientes a instalaciones no sanitarias antes que a centros privados. Cierto que la cosa cambió y la colaboración fue importante. Pero el sector volvió "al ostracismo" una vez superada la crisis. Valbuena indicó que se trata de uno de los sectores más golpeados, y citó problemas como los costes de aprovisionamiento disparados por la especulación o la caída "abismal" de la actividad asistencial. "El sector se ha visto afectado por un riesgo de quiebra asistencia y financiera, no solo las pequeñas clínicas, sino los grandes hospitales", indicó. Añadió que se ha atendido a los pacientes derivados "sin contraprestación alguna". Y puso en acento en el papel de las entidades privadas ante la devastación económica: "Las colas del hambre han llegado a Asturias y ha sido el trabajo de los voluntarios el que ha dado respuesta a las personas".