La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar Social iniciará la semana que viene las inspecciones de las residencias geriátricas y de discapacidad públicas y privadas del Principado. El objetivo es detectar, en caso de que las hubiera, situaciones de deficiente atención a las personas usuarias y aplicar las medidas necesarias para su corrección. En total, 259 centros en los que residente personas mayores y con discapacidad. Este plan de inspección extraordinario debe estar finalizado al concluir el ejercicio y sus resultados serán monitorizados y recogidos en una memoria anual.

El encargado del seguimiento de alerta temprana será el servicio de Inspección y Calidad, que actuará de manera coordinada con el de Planificación e Innovación Social. Serán sus inspectores los encargados de registrar para la memoria anual el tipo de actuación desarrollada en cada centro, el objeto de la inspección y el resultado de cada una de ellas.

Jimena Pascual, directora general de Planificación, Ordenación y Adaptación al Cambio Social, explicó que "el plan de inspección es un instrumento que permite ofrecer garantías del cumplimiento de la calidad asistencial en los centros y recursos orientados a la atención social. La orientación que hemos querido darle es la de apoyar en la aplicación de los protocolos sanitarios en un marco residencial, ya que no debemos olvidar que se trata de hogares y no de centros sanitarios".

Pero además, el plan de inspección "permitirá analizar la realidad de los centros residenciales del Principado, su potencial y sus carencias para impulsar la transformación del modelo de apoyos y cuidados de larga duración a personas adultas, para dar cobertura a las necesidades y nuevas expectativas del envejecimiento ante el cambio social", añadió Jimena Pascual.

Las inspecciones abarcarán la totalidad de los procedimientos que se desarrollan en las residencias geriátricas, desde la autorización para la apertura de nuevos centros hasta las actuaciones de oficio como consecuencia de una denuncia, una orden superior o un petición razonada.