El fantasma de la segunda ola de la pandemia del covid-19 se asoma. Y espanta a las autoridades políticas y sanitarias. España registra por cuarto día consecutivo un aumento de nuevos contagios. Ayer, el Ministerio de Sanidad informó de 628 nuevos casos en las últimas 24 horas. Sirva como perspectiva el siguiente dato: el 11 de marzo, tres días antes de que se decretase el estado de alarma y el confinamiento general del país, se registraban 582 nuevos casos diarios. Al día siguiente, 869; al siguiente, 2.086... ¿Estamos ya ante la temible nueva ola que esperábamos en otoño?
Nadie quiere pensar que sea así y, en cualquier caso, el escenario de un país obligado a confinarse está fuera de la mente del Gobierno central. Antes se adoptarían medidas locales drásticas. Otra nueva parálisis de la actividad supondría un golpe irrecuperable para la economía. Pero sin el arma del estado de alarma, las comunidades autónomas tratan como pueden de achicar las vías en la línea de flotación que suponen los nuevos brotes del covid-19. El Principado ya tiene claro su escenario hipotético más preocupante: el mes de agosto, en pleno pico de visitas turísticas, y en municipios como Gijón o los del Oriente.
El gobierno de Cataluña "recomendó" ayer a los ciudadanos de Barcelona y el área metropolitana que no salgan de sus casas más allá de lo imprescindible como paso previo a una decisión que supondría rebajar la actividad pública a niveles comparables a los del estado de alarma: prohibición de encuentros y reuniones de más de 10 personas, tanto en el ámbito público como el privado, incluidas celebraciones, actos religiosos o funerales. La Generalitat también sopesa limitar al 50% el aforo en locales de hostelería, obligar a una separación de dos metros en las terrazas y cerrar las barras; incluso, la clausura de discotecas, bares nocturnos, cines, teatros, y recomendar al comercio que priorice la cita previa, los encargos telefónicos y la recogida en la puerta del local. En definitiva, un regreso al rigor de la fase 1.
El otro elemento de preocupación está en Aragón. El presidente de la comunidad autonómica, el socialista Javier Lambán (anoche estuvo en Asturias participando en el homenaje al expresidente asturiano Javier Fernández) declaró que el brote está contenido, pero su Gobierno ha sugerido a los zaragozanos autoconfinarse antes de recurrir a medidas más drásticas.
En Asturias, ayer no se sumó ningún nuevo contagio más allá de los siete de los últimos 14 días. El mismo día que Aragón declaraba 252 casos nuevos de coronavirus; Cataluña, 121 enfermos más, Madrid, 40 contagios; Andalucía y País Vasco, 39 cada uno, o Navarra, con 34 casos nuevos, Asturias volvía a computar cero contagios. De hecho, es la única comunidad autónoma que no suma casos mientras el resto del país extrema la alerta. Por el momento, 32 asturianos están en vigilancia por los servicios epidemiológicos por contacto estrecho con positivos.
