El 29 de febrero, ese día que solo se vive en los años bisiestos, Asturias registraba su primer caso confirmado de coronavirus y la región ponía la directa para entrar de lleno en la pandemia del siglo.

Una epidemia originada por el virus SARS-CoV-2 que ha resultado demoledora en todo el país, para el mundo, y que Asturias ha podido vivir con algo más de clemencia -si se tiene en cuenta lo ocurrido en otros lugares-. Pero que igualmente obligó a muchos profesionales a dar lo mejor de sí mismos, a trabajar bajo presión, en jornadas extenuantes, con entregas absolutas a los enfermos y a la sociedad, orillando el miedo al contagio propio y a veces, también, renunciando al cobijo familiar.

Cuatro meses han transcurrido desde que la pandemia condicionó la vida de todos y LA NUEVA ESPAÑA ha considerado que sus galardones de "Asturiano del mes" correspondientes a los meses de marzo, abril, mayo y junio debían tener como destinatarios a algunos de los profesionales que más abnegación y exposición han demostrado en tiempos aciagos. A aquellos, de entre los muchos que han demostrado su compromiso social, cuyo trabajo ha sido sustancial en el cuidado y la asistencia de la población más vulnerable como han sido los enfermos contagiados, los mayores y dependientes de las residencias geriátricas.

Cuatro galardones que, por esas razones, se ofrecen a todo el personal del sistema sanitario y sociosanitario asturiano, tanto público como privado, y a los científicos y técnicos de laboratorio. Y que se personifican en las instituciones y equipos que se ha considerado que mejor pueden representar simbólicamente a los colectivos: el Colegio de Médicos de Asturias, el Colegio de Enfermería, el Laboratorio de Virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y la Residencia Mixta de Gijón, el geriátrico de mayor capacidad de cuantos existen en la región.

El personal de la red sanitaria asturiana ha sido el más expuesto, como colectivo profesional, al contagio del covid-19. Según el último informe de la Dirección General de Salud Pública, entre el 7 de marzo y mediados de junio se contabilizaban en la región más de 2.400 contagios por coronavirus y de ellos, 822 casos afectaban a trabajadores sanitarios y sociosanitarios, el 80% de ellos mujeres. 76 de esos profesionales requirieron ingreso hospitalario y diez de ellos sufrieron el rigor de la enfermedad ingresados en alguna UCI. El mayor impacto del virus lo sufrieron los Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería y por servicios médicos, Medicina Interna y Urgencias se llevaron la peor parte. Por fortuna, ninguno de los 339 fallecidos en Asturias con diagnóstico positivo de covid-19 eran sanitarios o cuidadores profesionales.

En el Laboratorio de Virología del HUCA: también distingue el buen hacer y pone el foco en las pruebas PCR, uno de los instrumentos que se han reconocido como fundamentales en la contención que pudo hacer Asturias de la pandemia en su primera oleada.

En el momento álgido de la enfermedad, a mediados de marzo, se sumaban 70 casos nuevos diagnosticados al día, 70 ingresos por jornada en los hospitales y 10 ingresos diarios en las UCI; esos días, en el laboratorio del HUCA se resolvían de hora en hora cientos de pruebas PCR. 1.500-2.000 por jornada. Hasta situar a Asturias por encima de todos los países del mundo en ritmo de realización de pruebas de determinación del virus, en proporción a su población. Lo suyo fue anticipación y visión: se empezó a diseñar la prueba cuando estalló la epidemia en China, se preparó la diana para identificar el virus y cuando llegó la pandemia el laboratorio ovetense ya estaba en disposición de hacer la mejor y más rápida detección. Nadie en España les resta el mérito.

Por lo que respecta a las residencias de ancianos, solo sus equipos saben la angustia con la que han vivido estos meses. En torno a los más de 250 geriátricos públicos y privados registrados en la región se ha volcado todo un colectivo de profesionales que se desvivió, con mayor y menor fortuna, por el bienestar físico y anímico de los cerca de 13.000 mayores y dependientes asturianos a los que atienden. La Residencia Mixta de Pumarín, siendo como es el mayor centro asistencial de la red sociosanitaria asturiana y uno de los mayores de España, es una buena representación de esa red de cuidados que existe en Asturias. Con 319 residentes y 305 trabajadores, la Mixta, además, puede sentir el alivio de que apenas ha registrado un par de positivos por covid y ha sabido enfrentar el mayor reto de la historia vivido en estos centros.