"Hay futuro y es rentable". Así de claro hablan los veteranos del cultivo ecológico sobre sus plantaciones y sobre un sector que va en aumento y aún debe seguir creciendo, según marca la Unión Europea. A Santiago Pérez, pionero del cultivo ecológico en Asturias, le parece bien que se apueste por la que es su razón de ser "desde los años 80". Eso sí, entiende que el problema es de tierras, las que considera deben facilitar las administraciones locales "para que los jóvenes vean en esto una oportunidad".
Él se crio entre huertas y ganado. Después trabajó en una empresa, "pero esa no era mi naturaleza", reconoce. Volvió a cultivar y hace cuarenta años montó uno de los primeros huertos ecológicos de Asturias, en Pruvia (Llanera).
Allí sigue trabajando a sus 87 años. "Yo ya lo tengo todo bien montado, con mis máquinas y la tienda", explica.
Para él, el desarrollo del sector pasa porque los jóvenes lo vean como una oportunidad. "A mí siempre me dio para vivir, quien piense que por trabajar en el campo va a estar sin comer se equivoca", explica.
Eso sí, ve complicado que los chavales se animen a lanzarse al cultivo ecológico si no se les dan ciertas facilidades. "Lo más importante es la tierra. Los ayuntamientos tienen muchas tierras comunales y no hay mucha voluntad de cederlas para esto", lamenta.
Eso sí, los terrenos no pueden ser cualquier cosa. Pérez subraya que es fundamental que tengan unas características determinadas. "Tienen que estar cerca del agricultor, no vale una parcela en un monte perdido. También debe tener agua cerca, no es lo mismo una tierra para ganadería, para construir o para hacer cultivos ecológicos". Asimismo, subraya la importancia de formar a la juventud. "Nosotros, los veteranos, nos ofreceremos sin problema a enseñarles".
Lo que no ha percibido ha sido una evolución en el sector. "No ha ido a mejor ni a peor, estamos igual que estábamos. A ver si en algún momento llega algún dinero, alguien digo yo que lo cobrará", teoriza.
A él su explotación le hace feliz y le permite vivir desde hace ya cuatro décadas. "La agricultura de este tipo, igual que la ganadería, son sectores que están bien. Otra cosa es, por ejemplo, el caso de las explotaciones lecheras".
Previsiblemente, el número de cultivos ecológicos continuará aumentando en los próximos años, y con ello también la competencia para agricultores como Pérez. Esto tampoco le preocupa demasiado.
Lo mismo que la edad. Ya asomándose a los 90, Pérez no tiene la más mínima intención de dejarlo y espera ansioso por la llegada de las nuevas generaciones con las que pueda compartir su experiencia. El mensaje que lanza es claro: "Es una buena salida".
Por ver está si los deseos del veterano agricultor acaban por cumplirse y se facilita el acceso a la tierra, así como la formación para que, aquellos que la exploten, puedan sacar fruto.
