Daniel Ripa (Jaca,1982) ha pasado el ecuador de su segundo mandato al frente de Podemos Asturias en un escenario sacudido por el coronavirus. "Ahora tenemos que volcar todas nuestras energías en afrontar la segunda ola que viene y en la reconstrucción posterior", afirma el también diputado autonómico.
-¿Está por llegar lo peor?
-Vamos a convivir con rebrotes y con grandes incertidumbres en todos los ámbitos durante, por lo menos, el próximo año porque el virus está aquí. Tenemos que asumir que no ha pasado y debemos rearmarnos con fuerza para cuando vuelvan las oleadas, con el regreso a las clases y de la gripe.
-¿Se está haciendo esa labor de rearme?
-Deberíamos estar haciendo más. Es correcto poner énfasis en la responsabilidad individual pero no se pone el necesario en la responsabilidad de las políticas públicas.
-¿A qué se refiere?
-Es importante guardar la distancia social pero probablemente sea igual de importante que no tengamos una vuelta a los colegios con aulas masificadas.
-¿Le parece una estrategia desacertada?
-Si en Secundaria y Bachillerato vamos a tener los mismos alumnos por clase, las mismas aulas reducidas de espacio y el mismo profesorado que antes de la pandemia, estamos poniendo en una situación de riesgo a nuestros escolares. Y hay más medidas que echamos en falta desde Podemos.
-¿Cuáles?
-Está bien el uso obligatorio de mascarilla, pero es necesario aumentar la capacidad para hacer PCR. Podríamos aumentar el número de rastreadores y el personal crítico en residencias para dar un trato más individualizado a nuestros mayores y podríamos ofrecer la gratuidad de mascarillas a los colectivos más vulnerables. Es importante lavar las manos, pero también hace falta un registro de control a la entrada del turismo. Está bien lavarse las manos, pero los políticos no podemos lavarnos las manos de las políticas que debemos llevar adelante.
-¿Es una enmienda de totalidad a la gestión del gobierno de Adrián Barbón?
-Es muy difícil y complicado gobernar una pandemia, pero hay que revertir los aplausos a los sanitarios en políticas públicas. Salir a los balcones es incompatible con recortar servicios públicos. No vale aplaudir y recortar la función pública, que son médicos, enfermeras, profesores y personal sociosanitario y este es el mensaje que ha lanzado por el Gobierno socialista. Nuestra mano está tendida, pero debemos hacer políticas reales y no de mensajes en las redes, de cara a la galería. El PSOE nos va a encontrar para acuerdos de contenido, como el conseguido hace dos años y que permitió contratar a 100 médicos en la Atención Primaria, que han venido muy bien ahora en esta pandemia. Pero no vamos a estar para acuerdos que solo sean una foto bonita.
-El Gobierno regional ha dicho que esa reforma no será a costa del empleo.
-También ha planteado textualmente que en 10 años se jubilará la mitad del personal funcionario y que es una gran oportunidad para no reponer las plazas, lo que supondrá menos empleo para los jóvenes. No podemos olvidar que dos terceras partes del empleo del Principado son sanidad, educación y servicios sociales.
-¿Esa reforma de la función pública será un obstáculo para llegar a un acuerdo con Barbón?
-Nos gustaría llegar a acuerdos para realizar planes a corto plazo y de futuro. En los próximos meses en Asturias nos jugamos el futuro de una generación. Esta situación requiere un plan y tener un proyecto. No podemos tener dos años de lista de espera en Dependencia. Los niños de la guerra han muerto solos en residencias o esperando, como están más de 11.000 personas, por ayudas que no han llegado para, por ejemplo, 500 personas que ya han muerto este año. No podemos dar el cuidado de nuestros mayores a fondos buitre. No nos puede pillar un rebrote sin haber hecho un cambio estructural.
-¿Para Podemos es una línea roja mantener el empleo público?
-Estamos ante una gran oportunidad para recortar los excesos del sector público asturiano, pero no puede ser una excusa para recortar los servicios públicos. Sin ir más lejos, los 80 millones que Asturias va a ahorrar gracias al ingreso mínimo vital deben ir a blindar políticas sociales. Esta será una de nuestras exigencias en la negociación del próximo Presupuesto.
-¿Cuáles son esos excesos?
-Pues la Administración paralela, donde en muchos casos nos encontramos con un acceso al empleo público sin control; también hay un número elevadísimo de altos cargos y entidades que podrían suprimirse y asumir sus funciones el propio Principado.
-¿Por ejemplo?
-Los servicios jurídicos autonómicos podrían asumir la labor del Consejo Consultivo y hay muchos más. Se puede recortar el número de cargos de libre designación a la mitad que, según nuestra estimación, suponen 4 millones de euros al año. Con este dinero puedes pagar la gratuidad de las escuelas infantiles durante un curso o el dentista gratuito hasta los 18 años. Otro gasto superfluo son los 47 millones de euros que vamos a pagar a la ZALIA de aquí a 2023 o dar 20 millones de euros a Sogepsa en plena pandemia. Eso sí que no es sostenible. Y ha llegado el momento de una reforma fiscal.
-¿Para subir impuestos en la situación actual?
-Es el momento de que las grandes empresas y los que más ingresos tienen, contribuyan más. Necesitamos reformar el impuesto de Patrimonio, donde estimamos que se podrían obtener 7 millones al año y elevar el IRPF a las rentas más altas y tocar la fiscalidad a los grandes tenedores de viviendas vacías como la Sareb y los bancos. Debemos estar preparados para el escenario del otoño, con rebrotes y dificultades laborales, que exigirá mantener una protección como la que está poniendo sobre la mesa el Gobierno central, con la prohibición de despidos y de desahucios. Habrá que resistir a presiones muy grandes, de diferentes poderes económicos: todos los ataques a Podemos se tienen que leer en esta clave. Quieren echar a Podemos para revertir avances como la subida del salario mínimo, facilitar el despido y que los bancos no tengan que devolver el rescate. Y para Asturias es muy importante recuperar el control público de su industria.
-¿Habla de crear un nuevo INI en 2021?
-No, pero el modelo de reconversión basado en empresas privadas también ha fracasado. La única solución de futuro para nuestra industria pasa por la participación pública, como hacen Alemania y Francia, con incentivos para evitar deslocalizaciones. Volskwagen, que ganó 13.000 millones el año pasado, es propiedad en un 20% del estado de Baja Sajonia, y Francia tiene 81 empresas públicas con participaciones en empresas como Renault o France Telecom. Todo lo que no sea eso, es poner en manos de especuladores nuestro desarrollo industrial. Asturias se ha convertido en un negocio para los liquidadores profesionales de empresas. Gente a la que no darían dinero para una hipoteca dirige hoy grandes empresas de la industria asturiana como ocurre en la antigua Alcoa o Vauste.
-¿Los fondos de transición de la Unión Europea son la última oportunidad para la industria asturiana?
-El tren de los fondos para la transición de la Unión Europea puede ser el último que pase para Asturias. Estos fondos no pueden servir para alimentar empresarios caza subvenciones, ni unos fondos mineros 2.0 con proyectos inviables en el medio plazo, sino para crear un nuevo espacio de transición económico de modelo productivo, capaz de desarrollar nuevas oportunidades de empleo.
-¿Aspiran a entrar en el gobierno de Barbón?
-Lo más importante y que preocupa a la gente en conseguir un entendimiento que propicie cambios importantes en Asturias. Lo otro es poner el carro delante de los bueyes.
-¿Cuándo toca la asamblea de Podemos en Asturias, después de Vistalegre III?
-El mandato es de cuatro años y aquí nos tocan primarias en noviembre o diciembre de 2021.
-¿Y tiene decidido su equipo si seguirá?
-Habrá que evaluar, cambiar o mejorar, pero ahora debemos poner todo nuestro esfuerzo en afrontar esta pandemia, que todavía no ha pasado ni mucho menos. La segunda ola o la reconstrucción que vendrá después no nos puede pillar mirando al cielo o escribiendo tuits.
