"Más de cuarenta años de democracia y de cumplimiento de nuestro pacto constitucional es el gran homenaje que hoy podemos ofrecer a Rafael del Riego. Que sepa que lo hemos conseguido, a base de reconocer a quienes antes entregaron el esfuerzo y la vida. No fue en balde". La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, pronunció ayer esas palabras en la plaza de Tuña, el pequeño pueblo de Tineo donde nació el general asturiano que hace ahora doscientos años se levantó contra el empeño de Fernando VII en restablecer el absolutismo y apartarse de la Constitución de 1812, la primera en atribuir la soberanía nacional al pueblo y no a un rey.
En estos días agitados por la decisión de Juan Carlos I de salir de España, el discurso de la vicepresidenta del Gobierno, que ya por la mañana había respondido en Oviedo a un aluvión de preguntas sobre la situación del Rey emérito, fue cuidadoso, sin papeles de por medio. Apenas una alusión, pero con mensaje rotundo, para definir a la España actual como "una democracia consolidada y un orden constitucional que nadie incumple y que nadie puede incumplir" y que según recalcó la vicepresidenta Carmen Calvo, "forma parte de la agenda de Estado de un país que se mira a sí mismo con dignidad, con memoria y con valentía".
La Vicepresidenta mencionó "el escarnio" que sufrió Del Riego "del absolutismo y de la España más negra, que contiende constantemente con la España que busca la luz", y recordó también a Manuel Azaña, presidente de la Segunda República y "el sacrificio injusto las 13 Rosas", unas mujeres, subrayó, que "pelearon por lo mismo: porque sus ideas, frente a las ideas diferentes, sean posibles en el marco de la convivencia de nuestro país. Esta es la mejor idea de España, no cabe otra".
Carmen Calvo hiló el tributo al general de Tineo, que "dio un gran paso al frente para estar al lado del pueblo frente a un intento de totalitarismo", con la reivindicación de la actual Carta Magna: "No se hizo contra nadie, no fue una Constitución de ningún partido, de ninguna ideología. Ha sido una Constitución que ha tendido puentes y ha dejado de cavar zanjas entre españoles y esa es la mejor idea por la que peleó Del Riego". La vicepresidenta aprovechó la ocasión para anunciar que la ley de Memoria Democrática "está a las puertas de Congreso y la va a llevar este Gobierno" y concluyó afirmando que "Del Riego querría ver una España que se respeta a sí misma".
También intervino el presidente del Principado, Adrián Barbón, que describió a Del Riego como "ante todo, un patriota, un ejemplo de patriotismo constitucional", justo ahora, dijo, "cuando algunos relatos cuestionan el pacto de la Constitución como una especie de concesión al franquismo y otros ponen en duda la articulación territorial del Estado", en comunidades autónomas.
Los alcaldes de Tineo, José Ramón Feito, y del municipio sevillano de Cabezas de San Juan, escenario del pronunciamiento del general asturiano, Francisco Toajas, también tomaron la palabra para referirse a él como "la mano benéfica que hace dos siglos rompió las cadenas de los liberticidas de Europa" y como referente esencial del "sistema de convivencia pacífica que seguramente Del Riego soñó ", respectivamente.
El sencillo homenaje, que concluyó con su himno, interpretado a con tambor, gaita y flauta travesera ante el busto erigido en la plaza de Tuña, donde se colocó un centro de flores, del que fueron retiradas las de color morado por la referencia republicana, particularmente incómoda estos días y pudo escucharse un "Viva la República" de un asistente ajeno a las autoridades y políticos presentes, entre quienes estaban el presidente de la Junta, Marcelino Marcos; la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa; la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra y los diputados autonómicos Ricardo Suárez y Lidia Fernández (PSOE) Álvaro Queipo , quien señaló a Del Riego como "una de las grandes aportaciones de Asturias al liberalismo español" y Cristina Vega (PP); Ovidio Zapico (IU) y Nuria Rodríguez (Podemos).
