Citas anónimas, gestión automática de turnos y control de aforo en las salas de espera. Así es el nuevo sistema implantado en el Hospital de Cabueñes y que en menos de un mes funcionará en todos los hospitales de la región. Permite dar un adiós definitivo al llamamiento de pacientes a voz alzada -el motivo inicial por el que el proyecto arrancó hace ya unos años en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y el avilesino San Agustín-, pero ahora incluye una nueva ventaja que no se consideró necesaria en su momento: vigilar que los pacientes acudan de forma puntual a sus citas y evitar, así, que demasiadas personas coincidan a la vez en las salas de espera y aumenten el riesgo de contagio del coronavirus. "Aquí hemos puesto un margen de media hora de antelación. Si el paciente intenta pedir turno una hora antes, la máquina no le expende el ticket", explica Laura Muñoz, directora del hospital gijonés.

El sistema, a grandes rasgos, funciona como las máquinas para pedir turno en Correos o en oficinas de Hacienda. El usuario tiene que sacar un recibo que le asigna un código personal y, cuando llegue su turno para entrar en consulta, ese código aparecerá iluminado en algunas de las nuevas pantallas instaladas por el centro. Se evita, así, el para muchos incómodo proceso de que un sanitario salga al pasillo a llamarle por su nombre delante de desconocidos. "La ventaja de la confidencialidad era algo que había que mejorar. Queríamos dejar de tener que llamar a los pacientes por su nombre y apellido, que es el motivo por el que se habían puesto ya estas máquinas en el HUCA, razona Muñoz.

Estas máquinas, que en Cabueñes se han instalado en la recepción de la entrada principal, el acceso a las consultas externas y el del servicio de Rehabilitación, asumen también algunos trámites sencillos que hasta ahora exigían burocracias innecesarias: el paciente puede imprimir directamente un comprobante de asistencia para justificar su ausencia laboral, solicitar informes de pacientes hospitalizados y pedir turno en servicios que no exigen cita previa, como el de atención al usuario. Todo el sistema funcionará a pleno rendimiento dentro de unas semanas, porque aunque es sencillo los trabajadores necesitan al menos una sesión de formación antes de poder trabajar con el sistema informático que hace funcionar los aparatos y muchos están de vacaciones. Hasta ahora se han automatizado casi la mitad de las citas habituales. Se han ampliado, además, los carteles de señalización de cada sala de espera, porque el hospital, que fue abriendo espacios y consultas nuevas durante las últimas décadas, provoca que más de un paciente acabe perdiéndose por los pasillos. "Es habitual; ahora al menos estamos monitorizando a tiempo real dónde se pierde más la gente para poder señalizarlo todo mejor", aclara la directora, que explica que el proyecto, en realidad, ya estaba previsto que se pusiese tras la ampliación del hospital: "Lo de los aforos nos hizo acelerarlo. Hasta ahora era una labor de control que hacían en recepción los celadores, que son los que se encargan estos días de enseñar a los pacientes a usar las máquinas con sus tarjetas sanitarias".

El sistema, bautizado como "pase-espere" se implantó en las últimas semanas en los hospitales del Valle del Nalón (Langreo), Grande Covián (Arriondas) y Carmen y Severo Ochoa (Cangas del Narcea). Solo quedan pendientes el de Jarrio y el Monte Naranco (Oviedo), que lo instalarán en las próximas semanas.