De bañarse en el Cantábrico a ponerse el abrigo y resguardarse bajo el paraguas. Todo, en menos de tres días. Los asturianos entraron ayer en serio en el otoño, porque oficialmente lo habían hecho el día 22 aunque sin notarlo mucho.

La borrasca "Odette" que azota el norte de la Península desde Gran Bretaña y el anticiclón de las Azores por el lado contrario son los causantes de que la estación se haya hecho notar con fuerza en el Principado: la región se ha quedado en medio de ambos fenómenos meteorológicos (explica la agencia estatal), en un pasillo "por donde se canalizan vientos muy intensos del noroeste, húmedos y fríos para la época". Así las cosas, Asturias amaneció ayer con las primeras nieves en las cumbres y unas temperaturas muy bajas para lo acostumbrado por estas fechas.

Los asturianos afrontan el primer fin de semana marcadamente otoñal, con mal tiempo generalizado, si bien mañana mismo mejorará y hoy ya no habrá tanto frío como ayer, cuando la temperatura mínima se registró en Pajares (Lena), con poco más de un grado. En 3 se quedaron en Degaña.Y las máximas no llegaron a los 20 grados en ningún lado.

La lluvia hizo también acto de presencia por toda la región de forma persistente durante el día entero. Pero lo más significativo fueron, aparte del frío, el viento y las primeras nieves.

En cuanto al primero este se notó sobre todo en la costa, con un fuerte temporal que dejó olas de más de 7 metros frente a Asturias, según la medición de la boya del puerto de Gijón. Había alerta naranja para la navegación marítima con vientos del oeste de fuerza 8. A la tarde, en Cabo Peñas, se registró la velocidad máxima del viento durante la jornada, unos 55 kilómetros por hora. Pero hubo rachas más fuertes, de hasta 87 kilómetros, que se detectaron en el Occidente, concretamente en Castropol.

La nieve se dejó ver en las cumbres. En la montaña central, el macizo de Las Ubiñas amaneció blanco. En los últimos días el otoño ya se anunciaba en la vega del Meicín. "El cambiu de temperatura ya se nota desde hace unos días, siempre que cae la primera nieve no podemos evitar pegarnos a la ventana", señaló a LA NUEVA ESPAÑA desde el refugio del lugar (a 1.560 metros de altitud) Tania Plaza, la gestora del mismo.

Lo mismo sucedió en los Picos de Europa. En la vega del Urriellu, a los pies del pico y donde se alza el refugio (a casi 2.000 metros), el día se estrenó blanco y con una fuerte ventisca. Rodeado de nieve amaneció completamente el de Jou de los Cabrones (2.034 metros), que pasa por ser el refugio más aislado de España.

El guarda Sergio Bada explicó que de momento el mal tiempo no ha hecho pensar en cerrar la temporada ya, pero tampoco se alargará mucho más. "Probablemente acabe a mediados de octubre, pues es posible que tengamos un otoño todavía con muy buen tiempo hasta entonces", señaló. Los refugieros de montaña si de algo están pendientes es de la evolución de la pandemia: "Hasta ahora hemos tenido suerte o hemos hecho muy bien las cosas en cuanto a prevención. Creemos que no es necesario arriesgar más de los justo y necesario y esperamos que el próximo año venga más favorable".

De momento, el fin de semana no se presenta muy propicio al disfrute del ocio al aire libre, si bien mejora la situación. La alerta naranja por viento esquiva Asturias, donde las temperaturas se recuperarán hoy algo y se prevé que lleguen a 20 grados. No obstante, en general, hay 10 menos de lo normal para esta época del año, según la Aemet, en toda España. "Se trata de un fin de semana más propio de finales de octubre y principios de noviembre, que de ahora", explicó el portavoz Rubén Del Campo.

Dejará de nevar en las cumbres asturianas tanto hoy como mañana, pero no de llover, aunque con menor intensidad.