La demanda de las gallinas ha crecido en los últimos meses. El hecho de que muchos vecinos se hayan trasladado su residencia de las ciudades a las zonas rurales de Asturias ha desencadenado una fiebre por la compra de este tipo de aves con las que, además, pueden sacar rédito en huevos. Una de las empresas punteras de la región, Avícola Ulises, en Poladura (Siero), corrobora esta realidad. Su propietario, Ulises Gonzálves Matins, reconoce que "la venta de gallinas y pollos para engordar está subiendo mucho. Con respecto al año pasado, venderíamos hasta ahora más de un 20%". Este crecimiento de la demanda lo percibe incluso en sus proveedores, quienes ya no le surten con facilidad las aves que necesita. "Esta semana, por ejemplo, me trajeron 20 gallinas y necesitaba más de 50. El problema es que casi no las tienen disponibles. De las blancas, no las hay para venderlas a un tamaño adecuado", argumenta.
La edad óptima para vender una gallina ponedora es entre cuatro meses y medio, y cinco meses y medio. Antes, las aves no dan huevos. Sin embargo, la gran demanda de gallinas está provocando que las empresas avícolas se vean obligadas a despacharlas más jóvenes. Gonzálves Martins reconoce que últimamente las está vendiendo con entre tres meses y medio, y cuatro meses y una semana.
El crecimiento en la demanda de gallinas podría desembocar en un desabastecimiento de este tipo de aves domésticas. Se trata de unos animales que apenas requieren cuidados para su estancia en corrales de la zona rural. Sin embargo, de ellas se logran beneficios como el poder disponer de huevos de casa durante todo el año. Eso sí, para ciertas especies, podría incluso llegar a provocarse lista de espera para su compra, si la demanda de gallinas sigue en tendencia alcista.
