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Lo que se puede hacer y lo que no en las ciudades cerradas

Los que viven dentro de las líneas rojas no pueden irse de vacaciones ni a comprar al súper de enfrente si este se libra de la zona cerrada

Control en una de las salidas de Oviedo Julián Rus

Dudas y situaciones absurdas a partes iguales es lo que deja el inicio del confinamiento de los núcleos de Oviedo, Gijón y Avilés. Empezando las dudas en cuanto al área cerrada, algo que el viernes a la tarde no había dejado muy claro el Gobierno regional. En la medianoche, cuando entró en vigor la medida, en el "Boletín Oficial del Principado" (BOPA) se resolvió que las zonas confinadas eran los "núcleos urbanos" de las tres grandes ciudades asturianas, pero doce horas después resultó ser que no, porque en Avilés decidieron confinar todo el concejo (incluida su pequeña zona rural), mientras que Gijón y Oviedo trazaron sus propias líneas en función de qué pueden vigilar y en qué condiciones.

Porque las líneas en este caso son muy importantes, ya que más de la mitad de los asturianos verán su rutina trastocada desde ayer hasta al menos el 7 de noviembre por una raya. Los hubo que ayer se despertaron con muchas dudas, más al ser fin de semana, por eso de que el tiempo libre quizás ya estaba planeado desde hacía días.

Los residentes y empadronados en la zona confinada -núcleo urbano de Oviedo, núcleo urbano y localidades indicadas de Gijón y todo el concejo de Avilés- no podrán salir de la misma salvo por 12 excepciones que figuran en la resolución del BOPA: asistencia a centros sanitarios, trabajar, estudiar, retornar al lugar de residencia, cuidar a mayores y dependientes, acudir al banco, gestiones urgentes administrativas, renovar documentación oficial, someterse a exámenes y pruebas oficiales, causas de fuerza mayor, actividad deportiva u otra actividad debidamente acreditada. Los que viven o están empadronados fuera no podrán acceder a las zonas cerradas salvo por los doce motivos citados.

Fuera de este listado, manda el confinamiento cuyo objetivo -no hay que olvidarlo- es reducir al máximo el contacto social y la movilidad entre los residentes de los núcleos afectados para evitar la transmisión del coronavirus.

Se dan situaciones curiosas que no dejan de llamar la atención, por ejemplo, para realizar la compra diaria. En Las Vegas (Corvera), en la zona colindante con Villalegre (Avilés), el supermercado queda a tiro de piedra, a menos de un minuto a pie para muchos vecinos. Pero resulta que está precisamente en el barrio avilesino confinado, así que está prohibido ir. Esto lleva a la situación absurda que los corveranos pueden desplazarse, por ejemplo, hasta la otra punta de Asturias a comprar, pero no a 200 metros de casa.

Situación absurda también a la inversa: los vecinos del Colloto de la parte ovetense, confinada, no pueden hacer los recados en los comercios al lado de casa, pero fuera de la línea de cierre. Deben hacerla dentro del núcleo urbano: lo harán bien si cruzan todo el concejo para ir a comprar a la calle Uría pero no si atraviesan solo la calle para hacerlo en la tienda de enfrente.

Situaciones algo absurdas también la de los corveranos o castrillonenses que para coger el tren suelen hacerlo en una estación que queda dentro de Avilés. No va a poder ser. Deberán buscar un punto fuera de las zonas confinadas si no tienen ningún motivo oficial para entrar. Si un policía (local o nacional, los designados para hacer el seguimiento y control de las medidas) pide identificación y ve que el lugar de residencia es otro, podrá sancionar si no se puede justificar la presencia.

¿Y las vacaciones y viajes programados en los próximos días? Pues va a ser que no con el BOPA en la mano, salvo que tales desplazamientos tengan otra motivación más allá que el simple ocio y descanso y ésta figure dentro de las doce excepciones. La cuestión, también chocante, es que un residente en San Claudio (Oviedo) puede irse hoy mismo de vacaciones al Caribe, pero uno en Montecerrado, a tan solo unos kilómetros, no. El segundo vive en zona confinada; el primero no.

El de ayer fue un día complicado para las agencias de viajes y hoteles por este motivo. Primero por las dudas de qué decir ante la pregunta; luego, por la posibilidad de si aquellos con viajes contratados pueden recuperar el dinero. Situaciones que ya se dieron, en gran medida, el pasado marzo cuando se decretó el confinamiento en toda España. Lo mismo con muchos restaurantes de Gijón, Oviedo y Avilés, que se quedaron con las mesas vacías porque los de fuera tuvieron que cancelar sus reservas para comer o cenar.

¿Irse de senderismo? Lo mismo. Los que viven en zona confinada no tienen justificación para ello. ¿Y al cementerio de otra localidad a limpiar, algo habitual estos días con Todos los Santo a la vuelta de la esquina? Tampoco si se reside dentro de la línea roja. A los que pilló en itinere el cierre de Oviedo, Gijon y Avilés, muchos asturianos que volvían el fin de semana a su casa, debieron justificar -en caso de que así lo solicitaran las fuerzas de orden- el traslado, bien con su residencia, bien con algún motivo de fuerza mayor. En esto último el abanico es amplio y no está concretado. Con todo, aunque el BOPA habla claramente de sanciones, se da por seguro de que la vigilancia se intensificará a partir de mañana y que en el fin de semana se informará.

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