El presidente del Principado, Adrián Barbón, anunció ayer que pedirá formalmente hoy mismo al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que se active el confinamiento domiciliario, aunque sea una fórmula “light”, concretamente con medidas similares a la fase 1 del desconfinamiento. Pero no le hace falta esperar la respuesta porque el propio Illa ya la dio ayer: “rotundamente” no. Es más, lanzó una clara advertencia que, sin ir dirigida directamente al Ejecutivo asturiano, fueron muchos los que lo interpretaron así, al pedir “no entrar en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura”. Aun así, desde el Ministerio se ha anunciado una reunión bilateral para esta mañana, aunque mantiene su negativa.

Barbón explicó ayer que el Ejecutivo asturiano se había puesto en contacto por la mañana con el equipo del Ministerio de Sanidad para trasladarles la necesidad de decretar el confinamiento domiciliario durante un periodo de 15 días. “Lo plantean los epidemiólogos y los expertos como única fórmula para doblegar la curva. No hay otro camino”, señaló. Y añadió que en el Principado ya se van a aplicar “todas las medidas que tenemos a nuestro alcance para limitar la movilidad y la interacción personal”.

Los gobiernos regionales carecen de capacidad legislativa para decretar el confinamiento domiciliario, y sería necesario modificar el actual decreto de estado de alarma para incluirlo específicamente. Eso, o que sea el propio Gobierno central el que lo decrete para el conjunto del Estado, como ocurrió en la primera ola de la pandemia.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, no tardó en dar respuesta en el transcurso de una conferencia telemática, y descartó totalmente decretar confinamientos domiciliarios en los próximos días. Es más, añadió que las comunidades autónomas tienen suficientes herramientas para actuar y se mostró confiado en que la aplicación de todas esas medidas permita controlar la evolución de la pandemia.

“Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que está a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas para poder actuar es suficiente”, aseguró el Ministro. Es más, a continuación lo negó “rotundamente” e insistió en que el toque de queda, la limitación de las reuniones sociales y los confinamientos perimetrales –junto a las nuevas medidas restrictivas anunciadas por el Principado– servirán para controlar la expansión del virus.

Illa explicó que las restricciones que están incluidas en el decreto de estado de alarma ya están ofreciendo datos de estabilización en otras comunidades autónomas. “Así se ha hecho, por ejemplo, en Cataluña, donde, sea dicho con toda la prudencia, estamos viendo una cierta estabilización de casos. O en Madrid, donde aplicamos medidas del mismo tipo hace ya unas semanas y hemos visto cómo se ha estabilizado y va bajando”, argumentó.

En ese sentido, añadió que “con esta pandemia hemos visto que las cosas no son de un día para otro. Cuando uno toma medidas se tarda entre 10 y 15 días en ver los resultados. Por lo tanto, debemos tener un punto de templanza y saber esperar el tiempo necesario para poder ver los efectos de unas medidas muy drásticas, y no entrar en una especie de competición a ver quién toma la medida más dura”. Para Illa las claves están en la responsabilidad de la ciudadanía y en la proporcionalidad y contundencia de las medidas que se adopten. “Con una actitud correcta de la ciudadanía” y una “contundencia proporcionada a la realidad epidemiológica”, las medidas actuales serán “suficientes” para controlar la pandemia.

La respuesta de Illa se conoció cuando Adrián Barbón estaba en la rueda de prensa en la que anunció los cierres de la hostelería y el comercio en Asturias, además de su solicitud de confinamiento domiciliario. Pese a la negativa, ni él ni su equipo mostraron indicios de dar marcha atrás en su propósito.

De hecho, fue el consejero de Salud, Pablo Fernández, quien explicó que ayer por la mañana habían mantenido una “reunión de urgencia bilateral con el equipo del ministro Illa en la que expresamos la necesidad del confinamiento domiciliario y trasladamos todos los datos pormenorizados de la situación que atraviesa Asturias, y sobre todo del incremento acelerado de hospitalizaciones e ingresos en plazas UCI. En cuanto a las medidas anunciadas, las comparten plenamente y creen que en otros lugares con medidas similares puede no aumentar la incidencia, pero nuestra opinión es que hay que ser más contundentes para que empiece a disminuir. Si se mantiene el nivel de ingresos UCI, amenazaríamos nuestra capacidad ampliada de plazas extraordinarias. Así que creemos que está suficientemente argumentada nuestra solicitud”, razonó el consejero asturiano. A lo que Barbón puso el broche llamando la atención sobre los confinamientos ya dictados en otros países europeos.