Adrián Barbón ha sido el primer presidente autonómico que ha pedido el retorno del confinamiento domiciliario y que ha levantado la voz ante la estrategia de Moncloa, reacia todavía a dar ese “último paso”. No es la primera vez que el presidente del Principado, sanchista convencido y militante desde el minuto uno del sanchismo, discrepa de las tesis del Gobierno central pero sí la que ha tenido mayor notoriedad.
El presidente asturiano ha discrepado de los postulados ministeriales en una materia tan sensible como el estatuto de la industria electrointensiva, por los miles de empleos directos e indirectos que dependen en Asturias de su redacción final. Pero el pulso de la pasada semana con el estrés y la presión acumulada en los hospitales y las UCI de Asturias ha sembrado dudas más que razonables sobre la tesis de la cogobernabilidad de la pandemia entre Estado y comunidades autónomas vendida durante los últimos meses tanto por Pedro Sánchez como el ministro de Sanidad, Salvador Illa. La capacidad de decisión de las autonomías ante esta crisis sanitaria y económica ha quedado en evidencia cuando se trata de tomar las medidas más duras y las restricciones más severas: la última palabra la tiene el Gobierno central.