En Asturias se ha producido un “gran incremento” de casos de coronavirus en las últimas semanas que afectan a mujeres. Está elevándose la edad de los fallecidos: la edad de promedio es de 84,1 años pero se percibe especial letalidad entre las nonagenarias. Y la gravedad de la segunda ola es incuestionable: “ha aumentado considerablemente la mortalidad, llegando a la semana 45 (la comprendida entre el 2 y el 8 de noviembre) a alcanzar el doble de las incidencias detectadas de fallecimientos en la ola 1”.

Son algunas de los resultados que se recogen en el último informe de “Mortalidad con coronavirus en Asturias” elaborado por los profesionales del Observatorio de Salud en Asturias, publicado hoy mismo.

Dicho informe también registra, según la contabilidad que lleva Asturias -y que no es la misma que hace el Ministerio de Sanidad-, que en la región ya hay 706 fallecimientos que se han confirmado como caso covid-19. Que son 123 muertes más de las que reconoce el Ministerio. Un dato que estaría ligado al otro registro de mortalidad que se hace en España y que detecta los excesos sobre las muertes previsibles en un determinado momento, independientemente de la causa por la que se produzca. Y según ese registro en Asturias desde el 15 de octubre ya hay un exceso de mortalidad de más de 300 personas, fundamentalmente de personas mayores de 75 años. En concreto se han producido 822 muertes en estas últimas semanas y se considera que se está superando en un 41% (239 casos) lo que sería lo previsto para ese grupo de edad.

El hecho de que en Asturias haya un mayor volumen de mujeres nonagenarias y centenarias que hombres de las mismas edades, y por la alta letalidad que tiene la enfermedad de la covid entre las personas de más edad, lo cierto es que están falleciendo muchas “abuelas” y “bisabuelas” de la región. Esa evidencia, puesta en cifras, supone que ya han fallecido con coronavirus 155 nonagenarias, el doble que los hombres de esa edad que han muerto. Entre 80 y 89 años han fallecido 163 mujeres y 128 hombres.

Entre la población joven la situación no es tan angustiosa ya que sólo el 2,7% de las personas fallecidas en Asturias lo han hecho antes de los 60 años, y el 9,5% antes de los 70 años.

Con respecto a las enfermedades asociadas que tenían los fallecidos, Asturias ya no puede decir -como hacía en la primera ola- que no ha fallecido nadie sin factores asociados, porque sí que ha ocurrido. Pero se sigue viendo con claridad que hay algunas enfermedades que aparecen de forma más recurrente asociadas a los fallecidos. Así, la evidencia es que más de la mitad de los muertos tenían hipertensión, el 42% tenía cardiopatías, y también un 42% tenía demencias. Un quinto de los fallecidos sufrían EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), asma o bronquitis crónica y antecedentes de ictus un 19%.