Una casa confortable empieza por la calefacción y en Hargassner, empresa de referencia en el sector, fundada en 1984 en Austria, lo saben perfectamente. La compañía, cuya sede en España se ubica en el Polígono de Asipo, es líder mundial en la fabricación de calderas de biomasa, el combustible plenamente ecológico que ayuda a conseguir ese confort deseado en el interior de la vivienda en los duros meses de invierno. El empleo de este tipo de calderas de biomasa conduce al uso de combustibles mucho más limpios y económicos que tienen su hábitat natural en regiones como Asturias.

Cada vez son más los domicilios particulares y grandes instalaciones que optan por la biomasa como combustible. La tendencia es imparable, ya que este tipo de energías limpias enlazan directamente con las directrices europeas.

Instalaciones de Hargassner en el Polígono de Asipo

A la hora de elegir la caldera más adecuada existen numerosas opciones, tal como indica Ángel Martínez, director comercial de Hargassner Ibérica. Martínez destaca especialmente los modelos de la gama Smart: PK Y HV, ambas calderas domésticas, la PK de pellets y la HV de leña ideal para la zona r6ural. En el apartado de grandes instalaciones destaca el modelo Eco HK, policombustible apta para astillas, pellets u otros combustibles disponibles en la zona.

En todos los casos tanto el manejo de las calderas como su mantenimiento son de lo más sencillo. “Una de las grandes ventajas de este tipo de calderas es que emplean combustibles renovables de origen local, producto de la riqueza forestal de cada área”, señala Ángel Martinez. De hecho, la vinculación estrecha con la naturaleza es una cuestión que va impresa en el ADN de la compañía desde sus orígenes. “El calor que produce la biomasa es económico y mucho más estable porque es local”, indica el director comercial.

Las calderas tan sólo requieren un mantenimiento anual y el usuario sólo debe sacar las cenizas dos veces al año. La calidad del calor es alta, ya que la madera consigue un aporte de energía más saludable, logrando una temperatura más estable a partir de una regulación climática en base a la temperatura exterior.

La empresa, implantada en Asturias desde 2008, está formada por un equipo de profesionales que garantizan un excelente asesoramiento y un servicio post venta al cliente en todo momento de acuerdo con los altos estándares de calidad de Hargassner.

Caldera Hargassner Smart PK

La inestimable ayuda de las nuevas tecnologías

Por otra parte, las nuevas tecnologías han traído grandes beneficios para el control y gestión de actividades cotidianas del día a día. La domótica para el hogar es una realidad y una solución adecuada para disfrutar de una vida más confortable.

Una casa inteligente aumenta la comodidad, pero también hace posible aumentar la eficiencia y el ahorro. Cuando se piensa en tareas del hogar que se pueden monitorizar y controlar a distancia, se piensa en las típicas aspiradoras, robots de cocina, los grandes electrodomésticos, la iluminación o, incluso, las persianas, pero es habitual olvidarse de que la tecnología también ha llegado a los sistemas de calefacción. Un smartphone es suficiente para acceder a las calderas Hargassner en cualquier momento y desde cualquier lugar.

Gracias a la app de Hargassner, disponible para iOS y Android, activar o desactivar la calefacción, ajustar la temperatura al gusto o conocer detalles sobre el estado de la instalación es posible. Además, las gráficas estadísticas que genera este software permiten ajustar los hábitos para conseguir un mayor aprovechamiento energético con la consiguiente disminución del gasto económico.                         

Esta herramienta simplifica la correcta climatización de un Smart Home, pero, además, facilita las labores de mantenimiento del equipamiento ya que, incluso, monitoriza y notifica las posibles incidencias agilizando el trabajo del servicio técnico.

Los sistemas domóticos convierten una vivienda convencional en un hogar digital, revalorizado en el mercado, que no solo aumenta su propia eficiencia, si no que contribuye a conservar los recursos limitados del planeta al regular los consumos de energía e, incluso, el de agua.