La subida de los peajes añadirá solo unos céntimos al precio del desplazamiento de Asturias a Madrid en 2021, pero el cargo en la cuenta de cada viaje a la capital se suma gota a gota a otras afrentas que el transporte de mercancías por carretera interpreta como tales y que indican que el año “no empieza nada bien para el sector”. Los representantes de las patronales identifican en las nuevas tarifas nuevos síntomas del “abandono” de Asturias y observan en ellas el rastro de algunas promesas incumplidas que dan motivos para el “cabreo” y la “desazón” de los profesionales.
El canon de paso por la autopista del Huerna experimentará una rebaja inferior al descuento general decretado por el Ministerio de Transportes para otras vías del país –el 0,08 por ciento, frente al 0,11– y será probablemente casi imperceptible para los automovilistas, pero la actualización del precio del tramo Villalba-Adanero de la AP-6, imprescindible en el trayecto por vías de alta capacidad hasta Madrid, hace prever subidas de entre 20 y 25 céntimos por viaje para unos profesionales en permanente estado de alerta.
"Refleja la poca consideración del Gobierno central y la falta de influencia del asturiano"
Es el de la sierra de Guadarrama uno de los tres únicos peajes que sube con el año nuevo y la diferencia en la cuenta total de una ruta más que frecuente hace afirmar a Ovidio de la Roza, presidente de Asetra, que esos céntimos anuncian “problemas de competitividad para las mercancías asturianas” en un año muy complejo, o que reflejan a la vez “la poca consideración del Gobierno central” hacia la región y “la escasa influencia” del asturiano. La comparación entre los peajes que bajan en otros puntos de España y los que se elevan en el desplazamiento de Asturias a Madrid conecta, a juicio del máximo responsable de la asociación de empresarios, con otros problemas que revelan la supuesta falta de influencia de Asturias más allá de Pajares. Él cita junto a los peajes el agravio del precio de la electricidad para la gran industria electrointensiva o el reparto de los fondos europeos para la respuesta a la crisis sanitaria.
La preocupación por los céntimos de subida de los peajes cede pronto, no obstante, ante otras amenazas que De la Roza identifica en su vistazo al futuro del sector. Lo peor, “en un año tan malo”, con empresas cerradas, ERTE y pérdidas que en una estimación muy preliminar podrían rondar el 25 por ciento, puede que sea que esta mala noticia de Año Nuevo viene a sumarse a una lista amplia.
"La subida no es gran cosa, pero la ausencia de la rebaja prometida por el Principado causa desazón y cabreo"
Se añade, concreta, a la pretensión varias veces insinuada de “imponer peajes también en las autovías que están libres de ellos” o a la subida del gasóleo que temen como consecuencia ya no del impuesto español al diésel –retirado en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado–, pero sí de la nueva regulación fiscal anunciada desde la UE para que a partir del primer semestre del año la recaudación de fondos procedentes de los carburantes financie la implantación de las energías renovables.
El presidente de Cesintra, Alejandro García Monjardín, confluye en la constancia de que sobre el papel “la pequeña subida del Huerna no significa gran cosa”, pero retrocede hasta las declaraciones que ha escuchado y concluye que “es la ausencia de la rebaja prometida por el Gobierno regional” la que causa “la desazón y el cabreo de un sector al que el Gobierno central ningunea”. Recuerda el decálogo de reivindicaciones que las patronales hicieron llegar al Ministerio y de los que “no se consiguió nada” y reincide en que “el año para el sector no comienza nada bien”.
