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La prohibición de fumar en las terrazas se recibe entre aplausos y críticas por “absurda”

“Es una caza de brujas a los fumadores”, dicen los detractores, mientras que otros ven en la medida “una oportunidad para dejar el hábito”

Adrián Llaneza y Claudia Tuero, con Olaya Zapico fumando en una terraza en un local de Gijón.

La prohibición de fumar en las terrazas anunciada por el Ejecutivo regional el pasado lunes, y que será efectiva mañana jueves, divide a los asturianos. Los hay que ven la medida como una “caza de brujas a los fumadores” y la consideran “absurda”. Pero también los hay partidarios, que ven además en esta imposición una oportunidad para dejar de fumar.

Esta nueva restricción no figura en las resoluciones publicadas en el BOPA el pasado lunes. Pero eso no significa un cambio de opinión. Desde la Consejería de Salud se aclaró ayer que se publicará “en los próximos días”, sin concretar, aunque el consejero, Pablo Fernández, afirmó que se empezará a aplicar mañana, jueves, al mismo tiempo que las restricciones horarias a la hostelería y al comercio, y el adelanto del toque de queda.

Cristina Busto y Sergio Fanjul, en la terraza de un bar de Avilés.

“Creo que la prohibición de fumar en las terrazas es otra medida absurda por parte de la Consejería de Salud del Principado, igual que otras que se tomaron anteriormente desde que comenzó la pandemia. Entiendo que se debería coger el toro por los cuernos y actuar con contundencia en otros casos en los que los contagios son mayores que los que se producen por fumar en una terraza guardando las distancias. Ya estamos muy hartos de limitaciones. Hay que dejar a la gente vivir un poco”. Esta es la rotunda opinión de César Suárez, asesor comercial.

La prohibición total de fumar en las terrazas divide a los aficionados al tabaco en Gijón. Los hay quienes aplauden la nueva restricción del Principado y los que consideran que, si se mantiene la distancia de seguridad, el humo del pitillo no provocaría nuevos contagios. Julio Reguero apuraba ayer su comida en una terraza de la plaza Mayor de la capital gijonesa. Es de los que están a favor de ponerle coto al cigarrillo. “No es una medida disparatada y ya se ha puesto en marcha en otras provincias, aunque está claro que levantarse a fumar es un inconveniente”, asegura. Laura Herrero le acompaña en la mesa. Acaba de liarse un cigarro. Comparten viandas, pero no opinión. “No será una medida efectiva, porque con distancia de seguridad no habrá riesgo. Es una caza de brujas a los fumadores”, asevera la mujer.

Ander Lekue, fumando en una terraza de la calle del Sol, en Oviedo.

En una terraza de la calle Corrida, la nueva disposición regional también cogió por sorpresa, en la mesa en la que se sientan, a Adrián Llaneza, Claudia Tuero y Olaya Zapico. Los dos primeros son novios, pero no convivientes. El varón fuma y la mujer no. “Es raro que no vaya a poder fumar en la misma mesa que está ella”, explica Llaneza. “Si hay que levantarse, lo haremos, aunque está claro que va a ser molesto”, reflexiona Olaya Zapico, mientras saca un cigarro de su paquete, lo enciende y da su primera calada.

“Es lamentable, atenta contra la libertad individual”, criticó el avilesino Sergio Fanjul, tras dar una de las últimas caladas a un cigarrillo en la calle Marqués, perpendicular a Rivero. Estaba sentado en una terraza en compañía de Cristina Busto, que ve la prohibición de fumar en terrazas como una oportunidad “para dejar de fumar”. “De esta manera fumamos menos y protegemos a los que no fuman, también queda la opción de fumar en casa”, remató la mujer.

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