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Policías persiguiendo a ciudadanos que no sabían el resultado de su PCR y concentraciones en varias zonas: fin de semana de incumplimientos en Asturias

Un coche de la Policía Nacional.

Fin de semana cuanto menos complicado el que han tenido las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. En Avilés la Policía Local ha tenido incluso que perseguir a cinco personas que supuestamente no estaban respetando en su casa el confinamiento al que obliga la lógica después de haberse realizado la PCR. No ha trascendido, eso sí, el resultado de esas pruebas y si esas personas eran positivas en coronavirus o no. Pero el de la villa del Adelantado no es el único caso polémico estos días. En Gijón los agentes tuvieron que intervenir de nuevo en un local en el que hace días ya se habían llegado a concentrar 200 jóvenes.

Los agentes de la Policía Local del turno de tarde y noche de ayer, sábado, intervinieron en un reguero de incidencias en Avilés. A las 17.13 horas, los agentes acudieron, junto a Bomberos de Asturias, a un incendio declarado en una vivienda abandonada de la calle Piqueros, en el número 8. No hubo que lamentar víctimas, pero los agentes debieron modificar provisionalmente el acceso al "autocovid" del pabellón de La Magdalena mientras duraron las labores de extinción del fuego. Casi seguido, a las 17.25 horas, los agentes intervinieron, conjuntamente con la Policía Nacional, en un establecimiento de la calle Conde de Guadalhorce número 7, donde se alertó de la presencia de personas accediendo al local. "Con motivo de dicha actuación fueron propuestas para sanción cinco personas al no ser convivientes", explicaron.

Ya a las 21.18 horas, los policías intervinieron en un establecimiento de hostelería de Jiménez Díaz, en donde se observa la entrada y salida de clientes. "Se localiza en el interior del mismo a cuatro personas, entre ellas el responsable del local. Se le propone para sanción por ejercer la actividad, permitir fumar y no utilizar mascarilla; y a los clientes, por no usar mascarilla y fumar".

A lo largo de la tarde, siempre según el registro de incidencias facilitado por la Policía Local, los agentes reciben varios avisos alertando sobre la presencia de grupos de jóvenes en el pasadizo de la calle González Abarca con la avenida de Constitución, en los soportales de la calle "El Españolito", y en los soportales de Galiana. Se proponen para sanción a varios jóvenes "Por mantener reuniones de grupos de más de cuatro personas".

En el mismo sentido, los agentes avilesinos intervienen en varias concentraciones de jóvenes con vehículos en los estacionamientos de la ermita de La Luz, la calle Somaly Man y el cementerio de San Cristóbal. Otra tarea que ocupó a los policías fue localizar a cinco personas que, tras PCR positivas en covid, no lograron ser localizadas para ser informadas del resultado de la prueba y las medidas pertinentes.

También en la calle Toso Muñiz detienen a un hombre de 48 años por un presunto delito de violencia en el ámbito familiar y otro de violencia de género. "Personadas en el lugar varias patrullas, se localiza en el portal del inmueble a una mujer de 19 años en estado semidesnudo, que indica a las dotaciones policiales que había sido presuntamente agredida por su padre en el domicilio que comparten. En el transcurso de la intervención se observa que el detenido también profiere amenazas graves contra su mujer, que se encontraba también presente en el lugar. Por lo que se procede a su detención y traslado a dependencias de la Policía Nacional para instruir el correspondiente atestado", puntualizaron medios policiales.

Fiesta en Gijón

“Solo intento hacer mi trabajo, pero se agolpan en la entrada”. Lo decía ayer, frustrado, José Carlos Patiño, dueño del local gijonés de Somió pendiente de sanción por haberse juntado en su establecimiento alrededor de 200 personas el sábado de la semana pasada. Los agentes de la Policía Nacional, desde entonces, han comenzado a patrullar la zona e intervinieron en el local tanto ayer como el viernes, pero siempre con el mismo objetivo: sancionar e identificar a clientes, todos muy jóvenes, que se juntan sin motivo a la entrada del local o en su aparcamiento. “Son chavales que no atienden a razones, el bar ya no tiene culpa. Estamos aquí todos los días”, razonaron los propios agentes durante su última actuación de ayer, a las 19.00 horas.

Un momento de la intervención en el local de Somió en el que ya se habían juntado 200 personas la semana pasada. Marcos León

Por cómo está distribuido este establecimiento, ubicado en el camino de Cabueñes, las picarescas se improvisan fácilmente. El local tiene unas verjas de rejilla que permiten ver con claridad el interior, así como un amplio aparcamiento. Cuando el sábado pasado el cuerpo policial había asegurado que 200 personas estaban en este bar sin respetar las medidas, se referían a estas dos áreas. “De aquellas el portón estaba abierto, porque siempre lo tuvimos así, y de repente empezaron a llegar muchísimos chavales en coche y caminando. Yo les dije que mi aforo estaba lleno, pero me dijeron que esperase, que iban a acordar entre todos otro sitio al que ir. Y al final estaban de pie y por las mesas. Eran muchísimos. A los cinco minutos llegó la Policía, ni tiempo me dio a hacer nada”, lamentó Patiño, que niega haber celebrado cualquier “fiesta”. Otras fuentes aseguran que este viernes tuvo lugar una intervención similar, aunque con menos personas.

Lo cierto es que, al menos desde ayer, el famoso portón está cerrado. Se abre cuando un empleado confirma que un grupo de cuatro personas va a abandonar su mesa y sale a llamar a los siguientes. El problema, y de ahí la todavía continua presencia policial, es que buena parte de la clientela no parece tener prisa. La mayoría tienen entre 16 y 20 años y se quedan charlando incluso con los que todavía esperan al otro lado de la verja. “Si pasamos y vemos a seis, hacemos la vista gorda, pero hoy (por ayer) vimos a unos 15 de pie, juntos, sin distancias. El bar tampoco puede hacer mucho más”, reconocieron los agentes.

Un asturiano pillado en Pontevedra

El control policial establecido ayer por la tarde entre Pontevedra y Poio, en el nudo de Bomberos, detectó casi medio centenar de infracciones, entre las que la mitad de ellas, 24, fueron por saltarse el cierre perimetral. El caso más escandaloso fue el de un vehículo procedente de Asturias. Pero, además, también se interceptó a personas de otras provincias gallegas, como A Coruña, y de otros concellos de la comarca y la provincia que no deberían estar en esa ubicación salvo por causas justificadas: Barro, Caldas, Moaña y Nigrán.

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