“Es un gran honor ingresar en el selecto club de premiados por el periódico de Asturias”. Ramón Rodríguez, director del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), agradeció ayer “abrumado y emocionado” la distinción de “Asturiano del mes” de LA NUEVA ESPAÑA a una institución dedicada a la investigación y difusión de la cultura de la región en todas sus facetas, y que acaba de celebrar su 75.º aniversario. Una emoción compartida por sus compañeros en la Junta Permanente, enlazados por el orgullo y el compromiso de abrir el Instituto a toda la ciudadanía.

“El RIDEA”, recordó Rodríguez, “nació en una época difícil y durante un tiempo cargó con una vitola que no se correspondía con la realidad. En su interior trabajó gente de muy distinto signo, se hicieron muchas cosas por la cultura asturiana en todos sus aspectos, incluidas publicaciones sobre el bable cuando no era nada fácil”. El gran empeño actual, reafirmado ayer con rotundidad y entusiasmo, es “abrir el Instituto a la sociedad, y creo que lo estamos consiguiendo. Hay mucha gente que sabe de nuestra existencia. Como ejemplo: me lo comentan los taxistas. Nos conocen. Ese objetivo se cumple, pues nadie se siente discriminado. Y en esa apertura trabajamos por extendernos a temas que muestran la realidad asturiana, reflexionando sobre lo que pasa en esta tierra. También queremos que el RIDEA llegue fuera de la capital, somos una entidad asturiana con sede en Oviedo”.

Por la izquierda, Melchor Fernández Díaz, Ramón Rodríguez, Andrés Martínez Vega y Ángeles Rivero. | Luisma Murias

En representación del periódico estuvieron presentes Ángeles Rivero, subdirectora general; el director, Gonzalo Martínez Peón; el gerente, Eduardo Suárez, y el exdirector Melchor Fernández Díaz, quienes entregaron al premiado los atributos del “Asturiano de mes”: portada del periódico que recoge la concesión de la distinción, una caricatura del galardonado realizada por el dibujante Pablo García, y una estela diseñada por el escultor José Manuel Legazpi. Rivero ensalzó el 75.º Aniversario del RIDEA y su labor por la defensa y divulgación de la cultura asturiana, así como su empeño, evolucionado con el paso del tiempo, en preservarla en sus distintas manifestaciones: “El RIDEA es salvaguarda de la excelencia científica de sus trabajos, abriéndose a la sociedad sin perder rigor ni academicismo”.

De izquierda a derecha, Olga Casares, Gonzalo Martínez Peón, Ramón Rodríguez y Andrés Martínez Vega.

“LA NUEVA ESPAÑA hace una labor impagable con nosotros”

“LA NUEVA ESPAÑA hace una labor impagable para darnos visibilidad”, afirmó Ramón Rodríguez, que agregó: “Por lo tanto hay un agradecimiento doble. Por un lado, por permitirnos pasar a formar parte de ese selecto club de personalidades y entidades asturianas abierto en 1991 con la científica Margarita Salas. Y, por otro, por contribuir de forma decisiva a difundir el conocimiento en la sociedad del RIDEA y, al mismo tiempo, exponer todas las labores que llevamos a cabo”. Rodríguez contó la elocuente anécdota de que, antes de llegar a la sede del periódico para recoger el galardón junto con sus compañeros en la Junta Permanente del RIDEA, el camarero del bar le saludó: “‘¿Qué tal? ¡Ya le veo en el periódico!’ Por tanto, la gratitud es inmensa”.

“Personalmente”, destacó Rodríguez, “no recuerdo estar sin LA NUEVA ESPAÑA en casa. Ahora puedo decir que es el único diario que compro en papel, lo siento como mío y siempre me ha apoyado, tanto como director de la Biblioteca de la Universidad de Oviedo durante 35 años como ahora en el RIDEA”.

Ramón Rodríguez estuvo acompañado en el acto por compañeros de la Junta Permanente de la institución: Juan José Mangas, Ángel Villa, Juan José Tuñón, Olga Casares, Andrés Martínez Vega, Marta Pérez Toral y Tomás Emilio Díaz. En todos ellos afloraban, compartiendo un instante de común satisfacción, los mismos sentimientos de emoción y orgullo. Tampoco faltó algún apunte de humor cuando vio la luz –con el espléndido edificio del Palacio del Conde de Toreno detrás– la caricatura de su director, que la aceptó con un punto de jocosa coquetería: “¡Se ve que hay un paisano con clase y que fue guapu!”.