Los pescadores asturianos suscriben la petición que han realizado al Ministerio de Sanidad la Federación Nacional de Cofradías y la patronal del sector (Cepesca) para definir con urgencia un plan de vacunación específico y preferente contra el covid-19 para los trabajadores del sector de la pesca, por las condiciones especiales de su actividad. La solicitud, extensiva a los trabajadores de la Marina Mercante, tiene el respaldo de la Asociación de Navieros Españoles, Anave; la Asociación Nacional de Remolcadores y los sindicatos CC OO y UGT.

En el Consejo General del Instituto Social de la Marina celebrado el pasado 30 de marzo, los representantes del sector marítimo, agentes económicos y sociales, coincidieron en señalar la urgencia de acometer la vacunación para los trabajadores del mar afiliados al Régimen Especial del Mar y así ha sido traslado al Secretario de Estado de la Seguridad Social. El sector, que fue reconocido como esencial y estratégico durante la pandemia por su labor fundamental en el suministro de pescado y en la logística y transporte de mercancías, requiere con urgencia un protocolo específico de vacunación, puesto que el trabajo de sus tripulantes se desarrolla en espacios reducidos, con el alto riesgo de transmisibilidad del coronavirus que ello conlleva, y, en algunos casos, con largos periodos de permanencia a bordo de los buques, lo que dificulta su inmunización en el calendario preestablecido para la población general. Esta petición va en línea de lo que defienden cinco agencias de la ONU que están invitando a los gobiernos a “dar prioridad a la gente de mar, pescadores y tripulaciones de aviones en sus programas nacionales de vacunación”.

Para poder llevar a cabo el protocolo de vacunación de forma eficaz y ágil, la comunidad pesquera considera importante tener en cuenta los siguientes condicionantes de cara a su organización y puesta en marcha: utilizar vacunas monodosis para los tripulantes embarcados (para facilitar la administración a un colectivo cuyo régimen de trabajo le obliga a pasar, a veces, varios días en el mar); tener en cuenta que tan pronto corresponda vacunar al intervalo entre 40 y 65 años se producirán numerosos casos sin respuesta a la convocatoria, que responderán a tripulantes embarcados en las flotas pesqueras de larga distancia y que se verán afectados también al no poder entrar en su periodo natural de vacunación; establecer pautas vacunales conjuntas de tripulación de cada barco para la flota pesquera (todos los tripulantes en un solo turno) porque si cada marinero es llamado a centros de salud diferentes y en plazos diferentes, “sería muy difícil, por no decir imposible, realizar satisfactoriamente las necesarias vacunaciones, y en muchos casos, quedarán tripulantes sin vacunar”.

A juicio de los dirigentes pesqueros, “las pautas vacunales solicitadas podrían perfectamente coordinarse a través del Instituto Social de la Marina (ISM) con el apoyo de las organizaciones y asociaciones del sector”. Por último, los pescadores plantean la posibilidad de recoger en la Libreta de Navegación de los tripulantes la administración de la vacuna, “lo que incorporaría una seguridad en los desplazamientos que muchos de ellos deben realizar y les facilitaría su labor”.