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Asturias pide que los alimentos con sello de calidad se libren de lucir el Nutriscore

El consejero Calvo insta al Ministerio de Consumo a que la polémica etiqueta que penaliza al queso asturiano no se aplique de forma general

El sector agroalimentario asturiano no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados ante la próxima implantación obligatoria del sistema de etiquetado Nutriscore porque, alertan, les llevará a la ruina. El Ministerio de Consumo pretende que todos los productos a la venta lo luzcan para informar y orientar al ciudadano. El problema es que la fórmula empleada para calificarlos, centrada en su composición, penaliza mucho a alimentos de calidad reconocida como el queso, el aceite o el jamón que por su alto contenido en grasa hacen que el semáforo del Nutriscore –de la “A” verde, que sería lo mejor, a la “E” roja, lo peor– se tiña siempre de rojo.

Así las cosas, un refresco azucarado de cola puede recibir mejor puntuación –de hecho, ya la recibe, pues hay fabricantes que lucen el semáforo en sus etiquetas de forma voluntaria al beneficiarles– que un queso asturiano hecho con mimo. Ante esto, los queseros llevan ya tiempo haciendo presión para que les dejen al margen del Nutriscore, al igual que lo ha logrado el sector del aceite de oliva.

El consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, se ha alineado con el sector agroalimentario y ha mostrado su oposición a que el Nutriscore se desarrolle “con carácter general”. El Principado reclama al Ministerio de Consumo que deje al margen a aquellas producciones que ya tienen una certificación de calidad en origen (caso de las denominaciones, las identificaciones geográficas protegidas, la marca Alimentos del Paraíso), lo que permitiría a los queseros –el grupo más penalizado en Asturias– librarse del polémico semáforo.

Calvo expresó tal postura en una respuesta por escrito al diputado de Ciudadanos, Sergio García, quien le pidió saber qué medidas iba a tomar el Gobierno regional para frenar el impacto del sistema de etiquetado en el sector agroalimentario asturiano.

La Consejería de Medio Rural considera que el Nutriscore “puede ser un elemento útil para la caracterización de alimentos ultraprocesados de gran consumo, pero no recoge otras cuestiones que para nosotros son claves y que tienen que ver con el origen de las materias primeras y no con los ingredientes”. Y es que este motivo, explican, en algunas producciones como la quesera o la del aceite de oliva “el contenido de determinados ingredientes, como las grasas, no es un factor problemático con respecto a la salud”.

Ahora voluntario y utilizado también en algunos países de Europa, fue la asturiana María Luisa Carcedo, cuando era Ministra de Sanidad y Consumo, quien impulsó su implantación en España. El actual ministro de Consumo, Alberto Garzón, es el encargado de rematar el proyecto de Carcedo y hacer obligatorio un etiquetado que no ha sentado muy bien en el sector agroalimentario español en general. Los productores de aceite de oliva, un gremio importante, han logrado quedar al margen, algo que ahora se persigue en Asturias.

El semáforo que clasifica alimentos en Nutriscore: la C grande significaría a grandes rasgos que no es un alimento muy bueno ni muy malo.

Cómo funciona

El algoritmo –conjunto de reglas para procesar datos– de Nutriscore para valorar los alimentos se ocupa de la composición de estos y su cantidad sin más análisis

Distribución

El sistema de etiquetado estampado en el producto –algunos ya lo llevan– consiste en un semáforo con cuatro colores y cinco tonos: del verde oscuro (la mejor puntuación) al rojo intenso (la peor)

Impacto

Al fijarse solo en la composición general de los alimentos, algunos como el queso o el aceite (con mucha grasa) siempre aparecen con la alerta roja, lo que puede ahuyentar al consumidor

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