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La enfermería acude al SOS del covid

Los recién graduados ya refuerzan los equipos de vacunación | “Este año ha sido muy duro”, subraya el personal en su día internacional

De izquierda a derecha, Sergio Gallego, Ainoa Ameijide y Candela Ronderos, ayer, en su estreno laboral en el centro de vacunación del pabellón de deportes de La Guía (Gijón). | Ángel González

Sin paracaídas. Presentaron su trabajo de fin de grado hace una semana y empezaron a trabajar ayer con un contrato estable hasta finales de año. Los cerca de 30 recién graduados en Enfermería en la Facultad gijonesa ya forman parte de la plantilla del Servicio de Salud (Sespa) después de que se autorizase adelantar un par de semanas su último curso universitario para poder paliar la escasez de personal. Ainoa Ameijide, Candela Ronderos y Sergio Gallego se incorporaron al Palacio de los Deportes de La Guía para administrar vacunas contra el coronavirus. Mañana miércoles celebrarán, por vez primera como profesionales, el Día Internacional de la Enfermería.

Marta Roces, supervisora de Neumología, y Clara Isabel Sánchez, supervisora de Medicina Interna, ayer, en el Hospital Central (HUCA). | LNE S. F. L. / M. M. / P. Á. Sin paracaídas.

“Hace años muchas enfermeras se marchaban para Londres. Ahora hemos tenido un curso frenético, pero ya tenemos trabajo. Mi intención es intentar quedarme en Asturias. Siempre tuve claro que quería ser enfermera”, explica Ameijide. Gallego, que se reconoce un poco harto de tener que responder siempre a por qué no cursó Medicina, señala que “la idea de cuidar y ayudar a los demás” siempre le pareció una buena manera de ganarse la vida. Quiere, como Ameijide, seguir formándose, y ambos intuyen que acabarán especializándose en los cuidados de Urgencias y UCI. Junto con Ronderos, empezaron a trabajar por la tarde tras asistir a un breve curso de formación sobre protocolos. “Tenemos los nervios normales de un primer contrato, pero todo será acostumbrase. Tenemos suerte”, reconocen.

Aida Carballo, otra recién graduada en la Facultad de Enfermería, empezará a trabajar hoy en el Hospital Álvarez Buylla de Mieres. Estará rotando por diferentes servicios, junto al resto de nuevos titulados, para después suplir las vacaciones del personal sanitario. De momento, su ámbito favorito también son las urgencias: “Casi hago Medicina, pero no me dio la nota y me metí a Enfermería por probar. En cuanto metí la cabeza ya no quise pensar en otra cosa”.

José Jorge Sánchez, enfermero del Hospital San Agustín (Avilés). | LNE

El último año y pico, con la pandemia de covid-19, ha sido un periodo de extraordinaria visibilidad para el colectivo de enfermería. “Hemos estado en todas las fases desde su inicio, en primera línea”, sentencia Covadonga Noriega, responsable de Gestión de Cuidados y de Enfermería en el área sanitaria de Avilés. “Tuvo que venir una crisis como la del covid para poner en valor una acción que llevamos años reivindicando, barata y sencilla, como es la importancia de la higiene de manos, y hemos demostrado que somos profesionales con gran conocimiento y competencia para gestionar y liderar el cuidado, aún en tiempos de crisis”, manifiesta Noriega.

Daniel Mayor, enfermero del Hospital San Agustín (Avilés). | LNE S. F. L. / M. M. / P. Á. Sin paracaídas.

En el Hospital San Agustín trabajan Daniel Mayor Álvarez y José Jorge Sánchez, que aún siguen jugándose la piel en la batalla contra el covid en las plantas específicas para los enfermos infectados. “Este último año hemos sido, como siempre, esenciales. Pero más visibles. El trabajo que ha realizado enfermería y demás compañeros, médicos, TCAE, celadores... ha sido fundamental, todo esto lo vivimos con la esperanza de que se convierta en un cambio y consigamos unas condiciones laborales dignas”, señaló Mayor Álvarez, de familia de sanitarios. Conchi Fernández también es enfermera en el San Agustín: “He conocido las verdaderas emociones y sentir humano. Descubrí en mis compañeros sentimientos antes no percibidos, mucho amor, preocupación, sacrificio, lucha... Psicológicamente hay un antes y un después para todos nosotros”. Marta Villamil es otra de las decenas de profesionales de enfermería del área sanitaria avilesina. El 12 de mayo, a su modo de ver, es un día “que nos recuerda que a veces se puede curar, pero siempre se necesita cuidar”.

Desde el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Clara Isabel Sánchez Rodríguez, supervisora de la planta de referencia de Medicina Interna dedicada al covid, elogia la labor de sus compañeras “que se ven obligadas a trabajar a pie de cama con un EPI siete horas al día, pasando un calor tremendo y con una serie de incomodidades, como el doble guante, que lo complican todo y hacen más dura la jornada laboral”.

Marta María Roces es supervisora de la planta 9 A del HUCA, de Neumología, la primera que se abrió en la región cuando empezó la pandemia. Al igual que su colega de Medicina Interna, se muestra “muy triste” ante los comportamientos irresponsables vistos el pasado fin de semana: “El año pasado la gente estuvo tres meses saliendo a diario a aplaudir a las ventanas. Creo que el mejor aplauso es quedarse en casa y mantener las normas de seguridad”.

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