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La "pandemia" de los montes asturianos: hasta 21 investigados por provocar incendios forestales en lo que va de año

La Guardia Civil abrió diligencias por al menos 60 fuegos registrados sobre todo en los meses de febrero, marzo y principios de abril

Efectos del incendio en la sierra de Carondio. | Miki López

La Guardia Civl de Asturias ha tomado declaración a un total de 21 personas como presuntas autoras de incendios forestales en los primeros meses del año, sobre todo en febrero, marzo y principios de abril, momento en el que se produjo la última ola de incendios. En los cuatro primeros meses del año, los Bomberos del SEPA realizaron un total de 850 salidas por incendios forestales, aunque no hubo que lamentar fuegos superiores a las 500 hectáreas, habiendo afectado la mayoría de los mismos a superficies inferiores a la decena de hectáreas. Como suele habitual en Asturias, la mayoría de los fuegos se han producido por negligencias a la hora de realizar quemas o por recuperar terrenos para pasto.

La Comandancia de Gijón ha tomado declaración como imputados a unos veinte sospechosos de haber causado incendios en los primeros meses del año. Esta comandancia, con jurisdicción sobre la mitad oriental de la región, ha investigado al menos una treintena de incendios.

Por su parte, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) adscrito a la Comandancia de Oviedo, abrió diligencias a un hombre como posible causante de un incendio en Cedemonio (Illano). Se trata de un hombre que realizó una quema de maleza sin contar con que estaba prohibido debido las condiciones meteorológicas adversas, a principios del mes de abril. El Seprona, que ha llegado a investigar 35 incendios en los primeros meses de año, está centrado ahora en tres fuegos que podrían ser aclarados en breve plazo.

Enero se abrió con 58 incendios, que se multiplicaron por cinco en febrero, con 270 intervenciones por fuegos forestales. Marzo registró aún más incendios, contabilizándose 273 intervenciones, y eso que fue un mes lluvioso, al menos en su primera mitad. Sin embargo, a finales de mes se multiplicaron los fuegos, de forma que el 1 de abril se registraron 45 incendios a la vez, lo que obligó a la activación del Plan de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales (Infopa). En las tres primeras semanas de este mes se contabilizaron un total de 251 salidas relacionadas con fuegos forestales, 155 por incendios de más de una hectárea y 96 por conatos, fuegos con menos de una hectárea afectada.

Ninguno de estos incendios alcanzó las 500 hectáreas, que es el límite para considerarlos graves. No obstante, la coincidencia de tantos incendios obligó a pedir la intervención de medios de fuera de la región, como la brigada de refuerzo contra incendios forestales con base en la localidad cántabra de Ruente, que ayudó a apagar el fuego de la sierra de Carondio, una emblemática zona protegida del concejo de Allande, donde se encuentra el alcornocal de Boxu, y que está muy cerca del Valledor, áreas muy castigadas por incendios recurrentes.

Después de que haya pasado la época de máximo riesgo de incendio en Asturias, entre enero y abril, la próxima etapa de peligro, considerado medio, será entre el 1 de julio y el 31 de octubre, otro momento de proliferación de fuegos por las altas temperaturas del verano y la subsiguiente sequía, que hace que los fuegos puedan extenderse muy rápidamente por el monte, como ocurrió en octubre de 2017 en el Suroccidente asturiano. Unos años antes, en 2015, la ola desatada de fuegos se produjo en el mes de diciembre, coincidiendo con un otoño muy seco y caluroso.

Los expertos resaltan que la ausencia de medidas de silvicultura y aprovechamiento de la biomasa hace que en los montes asturianos se acumule mucho combustible natural, lo que supone un alto riesgo de incendio. También la mayor afluencia de personas al monte, debido a la pandemia.

Por otro lado, la semana pasada se dio a conocer en Madrid el dispositivo contra incendios para este año, que será “similar al de años anteriores” y estará integrado por efectivos de las Brigadas de Incendios Forestales del Miteco, la Unidad Militar de Emergencias (UME), los 73 medios aéreos disponibles y unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

El catálogo de medios disponibles incluye 73 aéreos, 7 unidades móviles de análisis y planificación y 10 Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) con bases en Tineo, Laza (Orense), Tabuyo (León), Lubia (Soria), Daroca (Zaragoza), Prado de los Esquiladores (Cuenca), La Iglesuela (Toledo), Puerto Pico (Ávila), Pinofranqueado (Cáceres) y Puntagorda (La Palma).

La UME cuenta con 1.400 efectivos en intervenciones de ataque directo al fuego y otros 1.500 en funciones de apoyo logístico, junto a los correspondientes medios materiales, y además pone a disposición de este tipo de emergencia el 43 Grupo del Ejército del Aire.

En el ámbito europeo, España participa con 2 aviones apagafuegos de gran capacidad en la flota de medios aéreos del sistema “rescEU transition”, que la UE puso en marcha en 2019. Andalucía (con el 23 por ciento de los fuegos registrados), Comunidad Valenciana (17 por ciento) y Galicia (17 por ciento) fueron las autonomías más afectadas en 2020. A pesar de la reducción de siniestros, éstos dejaron 6 fallecidos, 4 de los servicios de extinción, y 7.500 personas evacuadas en 32 fuegos.

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