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La Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón

Ingeniería en femenino: “Los moldes están para romperlos, hay que ir a por ello”

Sara Álvarez y Natalia Tejón finalizan sus estudios enfocadas a las renovables; la ingeniera Isabel Martínez reclama más “jefas de obra”

Mujeres e ingenieras. Un nicho hasta hace poco muy masculinizado está dejando de estarlo a marchas forzadas gracias a una generación de jóvenes que no han sufrido cortapisa alguna para cumplir sus sueños, algo que hay que poner en valor en el día de la Mujer en la Ingeniería, celebrado ayer, 23 de junio. Sara Álvarez, de Tineo, y Natalia Tejón, de Cangas del Narcea, están acabando sus estudios técnicos enfocadas hacia las energías renovables, un futuro ineludible, según aseguran estas jóvenes formadas en la Politécnica de Gijón.

Sara Álvarez.

Sara Álvarez, de 25 años, alumna del Máster de ingeniería Industrial, de prácticas en una empresa de Oviedo, cree que “los moldes están para romperlos”. Asegura que hay ramas en las que sigue habiendo más hombres, pero cada vez hay “más igualdad” en el campo de la Ingeniería. Mientras cursaba la ESO le asaltaban las dudas, pero siempre tuvo claro que “tenía un perfil técnico y que tenía que estudiar algo relacionado con los números”, asegura. Ahora, en la recta final de sus estudios, ha querido focalizarse en la rama de las energías renovables. “Es una necesidad de futuro y quiero hacer de ella mi profesión”, señala.

Isabel Martínez Álvarez.

Cuando se le pregunta si deberían fomentarse las profesiones técnicas entre las niñas, cree que “no es una cuestión de género, sino del perfil que tenga uno, tiene que nacer de uno mismo”. Nunca le dijeron cuando era pequeña: “Eres una chica y te tienes que dedicar, pongamos, a la Medicina”. Eso sí, cree que debe visibilizarse que una joven “puede aspirar a todo, que sea lo que quiera”.

Para la canguesa Natalia Tejón, alumna de último año del grado de Ingeniería Electrónica Industrial bilingüe, la experiencia que terminó de abrirle lo ojos fue su Erasmus en Suecia, donde conoció una sociedad más adelantada, en la que es posible observar las potencialidades de las energías renovables. “Aunque en España también se están haciendo cosas, Suecia me abrió un mundo de sistemas energéticos sostenibles”, asegura. “Es a lo que quiero encaminar los primeros años de mi carrera profesional, es un entorno muy favorable para entrar a trabajar en el futuro, en cualquier país”, añade esta joven de 22 años. De hecho, espera pasar unos años fuera de España; eso sí, con la intención de volver algún día. “Después de mi experiencia en Suecia, me gustó mucho estar en otro entorno, conocer gente”, añade esta joven que, desde segundo de Bachillerato, sabía que estudiaría una ingeniería. “No me arrepiento, es una carrera que te aporta mucho a nivel profesional y personal, conocimiento y habilidades no académicas”, asegura.

El hecho de ser mujer tampoco supuso un problema: “Si te gusta, adelante; aunque sí que es un campo con mayor presencia masculina, pero con el tiempo se irá balanceando. Hay que ir a por ello”.

Natalia Tejón.

Más a puestos de dirección

¿Y qué dicen las ingenieras que ya llevan un tiempo desarrollando su actividad profesional? Isabel Martínez Álvarez, de padres asturianos, obtuvo el título de ingeniera de caminos, canales y puertos en 2013 por la Politécnica de Madrid, y acaba de obtener el de ingeniera industrial por la UNED. Es la ingeniera responsable del proyecto de la estación de la plaza de Europa de Gijón, que está a la espera del impulso de Adif. “Cuando estudié la carrera había una proporción del 70 por ciento de hombres y un 30 por ciento de mujeres, pero eso está empezando a cambiar, hay cada vez más mujeres, y cada vez llegan más a los puestos de dirección”, asegura. En el plano de la dirección había una “brecha de género”, pero eso se ha roto: “Adif, por ejemplo, está dirigida por una mujer”. Isabel Martínez se muestra favorable a las cuotas, que están favoreciendo la paridad. Añade que, en la redacción de proyectos, la desigualdad está más que superada, no así en lo que respecta a la jefatura de obras: “Es más complicado. Parece que a una mujer no se le va a tener el mismo respeto en una obra”.

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