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La polémica que voló desde Noruega

Los grupos conservacionistas discrepan sobre la introducción en Asturias del pigargo, el águila de cola blanca

Pigargo europeo con una presa. | José Pesquero

El pigargo, el águila de cola blanca, pariente del águila calva americana, volverá a volar por los cielos de la Península Ibérica si se finalmente se completa el proyecto de reintroducción que se desarrolla en Ribadedeva, con la financiación del Gobierno central y del Principado. El plan, no obstante, ha suscitado ya el rechazo de distintos grupos ecologistas, como es el caso de la Coordinadora Ornitolóxica d’Asturies (COA), que exige su inmediata paralización. Sus argumentos son varios. Primero, “no se dispone de ninguna prueba fidedigna” de que el pigargo sea una especie autóctona de España. Segundo, consideran que el proyecto se ha desarrollado con “enorme secretismo” y sin consultar ni a los científicos, ni a las asociaciones ornitológicas y a los ganaderos, que podrían verse afectados. La COA alerta de que en experiencias similares en Escocia “se registran numerosos ataques de pigargos sobre corderos, lo que provoca un creciente malestar entre los ganaderos”. Finalmente, la COA considera que hay otras prioridades de conservación en Asturias, y que no se ha analizado de qué manera este “gran depredador” puede afectar al resto de especies catalogadas.

Pero, ¿qué es exactamente un pigargo europeo? La Asociación Grefa (Grupo de rehabilitación de la fauna autóctona y su hábitat) es la encargada de gestionar esta iniciativa y su director, Ernesto Álvarez, y la bióloga responsable del Proyecto Pigargo, Lorena Juste, han compartido con LA NUEVA ESPAÑA todos los detalles acerca de esta especie y del proceso de reintroducción.

El pasado lunes 2 de agosto, el proyecto dio el pistoletazo de salida en Ribadedeva con la presentación de “Pimiango” y “Mansolea”, dos de las nueve crías de pigargo europeo, procedentes de Noruega, que desde entonces se encuentran en un espacio de aclimatación hasta ser liberadas dentro de dos meses al ecosistema asturiano. Todas ellas llevan un emisor GPS incorporado para monitorizar sus movimientos. Todas las crías liberadas son pollos extraídos de su población natural en Noruega, la más abundante de toda Europa, con alrededor de 4.000 parejas.

“Durante estos dos primeros años se va a hacer una valoración de los datos y resultados obtenidos, para ir reajustando la metodología y valorar el éxito del proyecto”, explica Lorena Juste. El objetivo final es liberar 100 ejemplares en un periodo de 7 años para que se asiente una población reproductora.

Ernesto Álvarez, director de Grefa, explica que se trata todavía de un proyecto experimental, ya que estamos ante una especie que nunca había sido reintroducida en España. “Cuando en 2018 se aprobó el listado de especies extinguidas en territorio español en tiempos históricos, que permitía su restauración y reintroducción, no dudamos en ponernos a ello activamente, aunque la idea la teníamos desde hacía más de veinte años”, explica.

“Si había funcionado tan bien en Escocia, que se inició en los años setenta y ahora ya tienen una población que se ha recuperado, ¿por qué no intentarlo en España y tener aquí un ave tan impresionante y emblemática?”, comenta Álvarez, aunque reconoce que las dudas e incertidumbre no faltan porque es una especie con la que Grefa nunca ha trabajado, pero el grupo confía en repetir el éxito de todas las reinserciones de especies que ya han llevado a cabo.

Ernesto Álvarez incide en que “cualquier recuperación de una especie que ya había habitado la zona en otra época siempre va a ser más positiva que negativa, puesto que supone la mejora del hábitat y la biodiversidad”. La financiación del proyecto corre a cargo de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Además, el Grupo Grefa también ha contado con el apoyo del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Ribadedeva.

Otra parte muy importante del proyecto es el estudio de las amenazas que se ciernen sobre esta especie y que atentan contra su desarrollo. Lorena Juste hace especial hincapié en la electrocución con tendidos eléctricos. “El proyecto conlleva una serie de acciones destinadas al control de las amenazas, vamos a hacer mucha incidencia sobre la corrección de los tendidos eléctricos, por lo que esto va a beneficiar las poblaciones de otras especies que se ven afectadas por este mismo problema”. Por tanto, una de las principales ventajas es la mejora global de la naturaleza y biodiversidad de la zona. También es importante como amenaza, al tratarse de un ave carroñera, la intoxicación con el veneno utilizado en los cotos de caza para eliminar a los depredadores terrestre.

Además del importante beneficio de mejora de la biodiversidad de la zona, otro aspecto positivo a destacar del proyecto es el beneficio económico que, según sus promotores, puede traer consigo a largo plazo. “Es una especie icónica que todo el mundo va a querer venir a ver. En Escocia, en la isla de Mull genera 5 millones de libras de beneficio y 2,4 millones en la isla de Skye. La gente local, los hoteles y los restaurantes, van a poder aprovechar que se trata de una especie muy atrayente que va a llamar la atención de la gente”, afirma Juste, que espera que el proyecto salga según lo previsto y que “en España podamos volver a contar con la presencia de este ave tan carismática”.

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