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La diferencia entre nacimientos y muertes resta a Asturias un habitante cada hora

La región registró hasta agosto 385 decesos menos que en 2020, pero el alivio se atenúa por el desplome de la natalidad, en mínimos históricos

La diferencia entre nacimientos y muertes resta a Asturias un habitante cada hora

Las mortalidad oscilante de este tiempo de pandemia continúa otorgando una leve tregua a la expansión de la crisis demográfica asturiana, que en lo que va de año ha visto contraerse el número de fallecimientos y atenuarse la pérdida de habitantes, aunque de forma casi imperceptible. La culpa es de la natalidad, que ha vuelto a triturar sus mínimos históricos, situando el nuevo fondo en los 3.145 nacimientos registrados entre enero y agosto de este año, y que ha desactivado el impacto de las 385 muertes menos que este 2021 contabiliza en comparación con el mismo periodo de 2020 –5.811 frente a 6.001–. Por eso la pérdida de población se modera, pero poco. Se atenúa la resta atribuible a motivos estrictamente vegetativos, la que no cuenta los impactos del intercambio migratorio, pero la mejora es muy leve.

La contracción de la mortalidad ha conseguido que Asturias haya perdido en este ejercicio, contado hasta agosto, casi doscientos habitantes menos que en los ocho primeros meses de 2020, pero el desplome de la natalidad desbarata las buenas noticias: la diferencia entre nacidos y fallecidos todavía ha restado a la región una media de un habitante cada hora en los ocho primeros meses de este 2021.

La actualización de agosto, tal y como la divulgó ayer la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), constata la tendencia apuntada en los datos anteriores de este año: el alza de la mortalidad se suaviza, pero sólo consigue aliviar muy sutilmente la penuria demográfica del Principado. Es cierto que el número de fallecimientos se ha moderado, que baja pese a los repuntes episódicos de mortalidad asociados a la crisis del coronavirus y que no desciende sólo en comparación con 2020. La mortalidad de lo que va de este año se sitúa incluso por debajo de la registrada en años sin pandemia. Entre enero y agosto de 2021 se contabilizan 385 muertos menos que en el mismo lapso de 2020, pero la cifra también rebaja las de 2018 o 2015 a las mismas alturas del ejercicio...

Las muertes bajan en pandemia... Con toda la prudencia que aconseja lo prematuro del juicio, expertos en salud pública han tratado de resolver esta aparente paradoja conjeturando que las restricciones del covid, como la generalización del uso de la mascarilla o las reducciones de la movilidad y la interacción social, pueden haber servido para rebajar otro tipo de mortalidad, particularmente frecuente en Asturias, como la asociada a enfermedades respiratorias o de transmisión aérea, entre otras las gripes o las neumonías… También puede haber efectos estadísticos y cabe poner en cuarentena, abundan las mismas fuentes, las atribuciones de fallecimientos al coronavirus durante la primera oleada, lastradas en su fiabilidad por las condiciones de incertidumbre en las que fueron actualizados los recuentos en aquella etapa inicial de la crisis pandémica.

El triple de muertes

Por lo demás, un vistazo a los últimos recuentos absolutos disponibles de los nacimientos y las muertes dice que en los ocho meses iniciales del ejercicio los decesos casi triplicaron a los alumbramientos. Nada nuevo. Nada que no sea habitual en las actualizaciones de la entristecida demografía asturiana. La divulgada ayer vuelve a encontrar un nuevo suelo histórico a la cifra de nacimientos, que nunca antes se había acercado tanto a los 3.000 en ocho meses. Los 3.145 contabilizados hasta agosto son 2.000 menos de los registrados no hace tanto, entre enero y agosto de 2012, y salen a un promedio escaso de 393 al mes, trece al día, uno cada dos horas… El cruce con el número de muertes, que traza una línea más oscilante y menos estable que la de los nacidos vivos, da la medida de la penuria demográfica de una región en la que cada día de 2021 ha computado, de media, un nacimiento y tres decesos.

El resultado de la resta confirma que Asturias ha perdido hasta agosto 5.811 habitantes por motivos estrictamente vegetativos –la diferencia pura entre nacidos y muertos–. Son 726 al mes y aproximadamente 24 al día. Uno cada hora. La cifra total es ligeramente inferior a la de 2020, cuando en el mismo periodo la resta fue de 6.001 personas, pero sigue siendo la segunda caída demográfica más abultada de la serie histórica, sólo superada a estas alturas del año precisamente por la de 2020. El foco sigue puesto sobre la natalidad menguante, que va camino de empeorar los datos del año pasado, el primero que se cerró con menos de 5.000 alumbramientos.

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