La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los presuntos sicarios de Ardines claman entre lágrimas: "Yo no he matado a nadie"

El juicio por el asesinato del concejal de Llanes concluye y el lunes se conformará el veredicto para entregarlo al jurado

Un momento del juicio. LUISMA MURIAS

El juicio por el asesinato de Javier Ardines finalizó este viernes con las conclusiones de las últimas tres defensas y la última palabra de los presuntos sicarios, Djillali Benatia y Maamar Kelii, quienes, entre lágrimas, clamaron que son inocentes. “Yo no he matado a nadie”, aseguró Maamar Kelii, el hombre que supuestamente estranguló a Ardines. Benatia, que estuvo hablando más de veinte minutos, se encaró incluso a los parientes y amigos de Ardines y les aseguró: “No he hecho nada, no maté a vuestra familia, lo juro por mis hijos”. Antes había explicado que los agentes de la UCO le habían pegado y presionado para que declarase algo que no había hecho. “Me dijeron que estaría dos o tres años en la cárcel y no entregarían a nadie a mis hijos”, aseguró. “Soy una persona normal, vivo y dejo vivir. Llevo tres años sufriendo, yo y mi familia, por algo que no he hecho”, concluyó. Tras este final ciertamente poco previsible, el juicio terminó hasta este lunes, en que se conformará el objeto del veredicto y se entregará presumiblemente al jurado para que decidan sobre el mismo. 

La sesión se había abierto este lunes con el alegato final de Luis Mendiguren, abogado de Jesús Muguruza. Para Mendiguren, “Jesus Muguruza tiene a día de hoy intacto el principio sacrosanto de presunción de inocencia”. Y es que “no se han probado las tres supuestas intervenciones en los hechos, la mediación, la preparación teórica y el pago de dinero”. Sobre el viaje del 27 de julio de 2018, que según la Fiscalía fue realizado por Nieva, Muguruza y Benatia, no han presentado a nadie que les haya visto juntos”. Negó que haya informe alguno que coloque ese día a los tres en Pechón (Cantabria), tal como aseguran los investigadores. Y defendió la existencia del tal Julián la persona que habría acompañado ese día a Nieva y Muguruza a Llanes. “Ese Julián existe, no es un gnomo, vive en Deusto, tenía una empresa de construcción en Navarra y era muy amigo de Jesús de la pesca”, aseguró. “Si no hay viaje, no hay preparación”, sentenció. Mendiguren añadió que, “cuando se detiene a Jesús, no hay ningún elemento que le vincule al crimen, en sus conversaciones no hay nada que le relacione con Ardines, no hay ningún ingreso que pruebe que haya cobrado por su supuesta intermediación”. Ni Mendiguren, ni Benatia admiten entrega alguna de dinero. 

Para el letrado, “estamos ante una instrucción deficiente, llena de parches”. “Desde el minuto cero, mientras los agentes aún estaban tomando muestras, el capitán de la Policía Judicial de Gijón ya andaba preguntando a Katia Blanco si su marido, pedro Nieva, era celoso”. Aparece el ADN de la amante de Ardines, continuó, y los investigadores lo desecharon, al considerar que se trataba de una transferencia a través de la víctima, cuando los agentes de Biología manifestaron que eso “era improbable”. Y llamó la atención sobre otro de los momentos oscuros de la investigación, uno de los interrogatorios a Katia Blanco, que duró siete horas, en la que no fue informada de la dispensa de no declarar contra su marido. El interrogatorio solo pretendía incitar a Pedro Nieva, que estaba siendo intensamente monitorizado, a admitir su implicación en el crimen en conversación con su mujer, pero “las escuchas fueron infructuosas”. 

Mendiguren indicó que no se investigó al marido de A., la amante de Ardines. “Dicen que sus móviles no estaban en la zona en el momento del crimen, pero no hay informe que lo avale”, añadió. Más tarde resaltó que no hay pruebas de que el coche de Benatia llegase a Asturias la madrugada del crimen. “Solo aparece en Vizcaya, cuando entra en Bilbao, a las 7,28, es imposible que estuviese en Belmonte de Pría una hora antes, a 180 kilómetros”, resaltó. Puestos a poner en solfa a las fuerzas de seguridad, trajo a colación que las fuerzas de seguridad entraron en casa de Muguruza y apuntaron con sus subfusiles a su hijo y su mujer. “Se lo llevaron bajo el paraguas de la incomunicación, era secreto para todo el mundo, salvo para Antena3, que tomó imágenes. Otras irregularidades citadas fueron que se dejase a Muguruza en un furgón en un garaje del cuartel y la presencia de agentes en la declaración de su cliente ante la jueza. “Jamás he visto cosa igual”, aseguró. Y recordó que “hay un auto del TSJA que dice que se han vulnerado los derechos fundamentales a la tutela judicial efectiva y a la defensa, y en que le dan un tirón de orejas a los investigadores”, en referencia al interrogatorio a Muguruza de diciembre de 2018, que sirvió para desatascar el caso. Mendiguren también trajo a colación el “caso Wanninkhof”, donde “hubo una presión enorme de los medios de comunicación que iban a favor de los informes de la Guardia Civil, y el jurado condenó a Dolores Vázquez sin pruebas, porque decian que era celosa, algo que me suena también en este caso”. Añadió que la declaración autoinculpatoria de Benatia “no tiene valor probatorio”. Finalmente reclamó: “No condenen al señor Muguruza”. 

Adrián Fernández, defensor de Djillali Benatia, tras pedir a los jurados que sean conscientes de la complejidad de su cometido, llamar la atención sobre el efecto de los medios de comunicación y remarcar las similitudes de este caso con el del asesinato de Rocío Wanninkhof, indicó que, para condenar, “no valen las conjeturas”, y que “es complicado que sin una prueba física se condene a alguien por un delito de asesinato, no hay testigos que prueben nada”. Fernández se abonó a la tesis del culpable predeterminado. “Me atrevería a decir que el foco desde el primer momento fue Pedro Nieva, le preguntan a Katia si su marido era celoso, pero el foco ya estaba puesto”, a pesar del hallazgo del ADN de A., la amante de Ardines. “Siguen con Pedro, e interrogan tres veces a su mujer, Katia, en una de las cuales se les olvida poner la fecha de finalización y de informarle de la dispensa de declarar contra su marido”, añadió. Para el letrado, “Jesus Muguruza y Pedro Nieva fueron a Belmonte en julio de 2018 sin ocultarse, pero a los investigadores les salta la alarma, porque Pedro era la única línea de investigación”, continuó. Que el teléfono de Benatia repicase en Pechón, “no se sabe dónde consta, solo en las conclusiones, que son conjeturas”. Tras sugerir que, de Benatia, solo se supo a raíz del interrogatorio anulado a Muguruza, resaltó que los seguimientos no llevaron a nada, porque Djillali “no cambia sus rutinas, no se fuga”. 

Luego pasó a describir la detención de Benatia, y las presiones a las que fue sometido. Finalmente, se incrimina. “Le dicen: ‘Se te va a complicar mucho la cosa’, y Djillali se autoinmola (algo difícil de entender viniendo de alguien considerado un delincuente precavido), da versión de los hechos que no es cierta. Pero no hay huellas, no hay ADN, pese a que es ataque directo, nada en el registro domiciliario, no se encuentra nada en su piso, ni en el coche”. Añadió que, en la foto del peaje de la Variante Sur de Bilbao, no se ve la matrícula, y que es imposible que hubiesen llegado a esa hora tras cometer el crimen. Finalmente, se dirigió al jurado para pedirle: “Busquen la justicia, busquen la verdad”. 

Cerró los informes Fernando Barutell, abogado de Maamar Kelii, quien recordó a los jurados que “no necesariamente tienen que condenar a todos a todos los acusados, pueden absolver al señor Kelii y dictar culpabilidad sobre el resto”. Se felicitó de que la fiscal hubiese renunciado por fin a la tesis de la fuga de Maamar Kelii, “es insostenible”. Pero fue más allá. Trajo a colación el pasaje de Balearia cuya inclusión rechazó el magistrado presidente del tribunal, al considerar que podría tratarse de un fraude procesal. El pasaje demuestra que Kelii viajó con su sobrino y otro familiar a Argelia, algo que casa mal con una fuga. “Si la Guardia Civil lo sabía, cometieron un delito. Si no lo supo, es incompetente”, sentenció. Recalco que nadie como él, con familiares militares y guardias civiles, siente más cariño y admiración por la Benemérita. 

Resaltó que los indicios deben ser probados, algo que no se ha hecho en este juicio. Por ejemplo, que Benatia recogió en la madrugada del día del crimen a Maamar Kelli. “Le llamó, pero no está demostrado que bajase. Pudo bajar el sobrino. Nadie le preguntó. El sobrino pudo bajar a fumarse un porro al coche de Benatia y caérsele el teléfono que usaba la familia”, explicó, para justificar la posible presencia del teléfono de Maamar Kelii en Llanes la mañana del crimen. Insistió en que el teléfonod e Kelii se perdió o se la robaron. Otro indicio de la Fiscalía, los viajes a Argelia y Suiza, no son huídas, porque se hubiese marchado seis o siete años, no un mes. “La primera vez se marchó para la pasar la fiesta del cordero en Argelia, el 21 de agosto, es la fiesta más importante de la comunidad musulmana, tan importante como la Navidad, y el hijo estaba en Argelia, esperando al padre, motivo más que poderoso para ir”, indicó Barutell. Nadie investigó el historial de internet de Kelii “porque no convenía a la versión de los agentes”. El spray de pimienta hallado en casa de Maamar, podía ser del sobrino, dado que se encontró en su cazadora. “Aparecieron parte de los componentes de ese spray en la valla, pero no todos, y los porcentajes no son los mismos”, lo que le hace desechar este indicio. 

Luego se centró en las muestras de la amante de Ardines, A. El agente que indicó que el ADN hallado de la mujer en las vallas usadas en la emboscada a Ardines “tenía el bachiller”, no una formación científica. “En este caso todo es adornar”, llegó a decir el letrado, trayendo a colación que la Guardia Civil había insistido en los antecedentes “violentos” de Kelii, cuando nunca ha sido condenado por robo con violencia e intimidación, sino por robo con fuerza. “Se le pinta como una persona violenta, con un arsenal en casa y un centro de comunicaciones, cuando se trata de navajas viejas y móviles viejos y cochambrosos”, añadió. “Ha tenido intervenido su teléfono, se va a Suiza en un avión, están escuchando esperando a que cometa un desliz, porque no tienen nada, y no dice absolutamente nada en las horas de escuchas que le hacen, los rastreos de internet, los registros con perros. No tienen nada, ni podían tenerlo”, argumentó. Y finalizó pidiendo: “Que haya Justicia, busquen la verdad judicial”.

Compartir el artículo

stats