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Adiós a las presas y azudes sin uso de los ríos de Asturias: toca volver a los cauces naturales

La Confederación llevó a cabo 36 derribos en 2021, tiene 51 previstos para este año y hace inventario de todo lo superfluo para su ataque

Antes y después en el río Porcía

Cientos de azudes y presas que en la actualidad forman parte del paisaje fluvial de Asturias tienen los días contados. Lo que a ojos inexpertos pueden ser rincones con encanto generados en el siglo pasado como zonas de remanso del río para facilitar derivaciones para suministros de agua de riego o consumo doméstico, para uso de un molino o una vieja fragua, por poner algún ejemplo, son ahora considerados obstáculos del río.

Y con la ley en la mano y la normativa nacional y europea instándoles a ello, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico inició el pasado año un plan de ataque contra estos obstáculos. Eso significa que ya se está haciendo un inventario de los azudes y presas susceptibles de derribo que hay en Asturias. Y el plan para demoler tantos como se pueda está en marcha.

El año pasado, el primero del programa, hubo 36 derribos solo en la región, a los que se dedicó una inversión de 400.000 euros. Y para este año están en programa otras 51 actuaciones, aunque son en toda la cuenca que controla la Confederación del Cantábrico. No es poca cosa, teniendo en cuenta los pocos meses del año en los que se puede entrar a actuar en el río. No tardando, además, se va a sacar a licitación un concurso para que se estudien las presas o saltos de más complejidad que deberían también abordarse.

“Solo estamos cumpliendo con lo que la legislación de aguas nos marca”, dice Gonzalo Gutiérrez de la Roza, Comisario de Aguas de la Confederación. “La UE está reforzando este objetivo en su estrategia del agua: ha pedido recuperar 25.000 kilómetros de cauces de ríos para que pasen a ser de caudal libre, mediante la eliminación de obstáculos y la recuperación de llanuras aluviales y España lo ha llevado también a sus objetivos nacionales con el compromiso de recuperar 3.000 kilómetros”, añade Lucía Claros, jefa de área de la Confederación, que explica que la clave de todo está en “mejorar el funcionamiento del río”.

Los expertos saben que “un río libre de barreras y obstáculos, hablando en el plano longitudinal, tiene continuidad en el cauce. Y ahí es cuando tiene las mejores dinámicas porque son las más parecidas a sus condiciones naturales”, indica Claros. Por contra, “cuando hay un obstáculo, como una presa o un azud, no solo se frena el agua; también se frenan los sedimentos y las especies piscícolas no pueden hacer sus movimientos normales tanto para alimentarse como para reproducirse. Y pueden suponer un problema en el caso de eventos climáticos extremos”. Si el obstáculo ya no se usa, la concesión revierte al estado. “Así que lo que estamos es pidiendo al concesionario que lo demuela. Y si no podemos pedírselo porque ya no es posible por las razones que sean, ese elemento es propiedad nuestra y nos toca estudiar si podemos demolerla para mejorar el estado del río”, añade el Comisario de Aguas.

Saben en la Confederación que estas intervenciones juegan con algunos inconvenientes. Uno, que “la población se puede haber acostumbrado a ver ese azud y lo ven ya como un valor etnográfico del propio pueblo; e incluso pueden estar haciendo usos que no son los preestablecidos y autorizados. Así que hay que revisar lo que está pasando para dar cumplimiento a la ley”, avisa Gutiérrez de la Roza. En la revisión pueden salir a la luz esos usos no autorizados que, llegado el caso, deberán pasar por una nueva autorización y su consiguiente canon.

Otro detalle no menor es que “la población percibe los problemas de calidad, de vertidos y cosas así que ocurren en los ríos, pero no percibe la importancia de este otro tipo de alteraciones, de ahí que reciban tantas oposiciones algunos proyectos de demolición de azudes”, añade Lucía Claros.

Gonzalo Gutiérrez de la Roza, Lucía Claros y Ana Arenas, en dependencias de la Confederación. | Luisma Murias

Los trabajos de derribo en los ríos no están libres de inconvenientes. Ni se puede hacer en cualquier momento, ni de cualquier forma. “Hacemos un proyecto que supervisa el Principado, tanto el departamento de Pesca como el de Espacios Naturales protegidos. Y ellos nos limitan mucho. Acceder al lecho del cauce es algo sensible y sólo puede hacerse entre mediados de julio hasta principios de noviembre. Una vez que llega noviembre llega el desove de los peces, la freza... y puede durar hasta marzo. Y en marzo es cuando comienzan los tiempos de pesca; así que realmente podemos trabajar tres meses al año”, explica Ana Arenas, jefa del servicio de la Comisaría de Aguas. La prioridad, ahora, es intervenir en zonas protegidas “porque es más importante recuperar la continuidad en esas zonas, así como en las reservas naturales fluviales”, añaden. Ya se ha actuado en ríos de Castrillo, de Grado, Nava, Piloña, Oviedo, Salas, San Tirso de Abres, Siero, Villaviciosa, Somiedo, Castropol, Tapia, El Franco...

Unas actuaciones sensibles con solo tres meses para entrar al río.

Unas actuaciones sensibles y solo tres meses para entrar al río

Los trabajos de derribo en los ríos no están libres de inconvenientes. Ni se puede hacer en cualquier momento, ni de cualquier forma. “Hacemos un proyecto que supervisa el Principado, tanto el departamento de Pesca como el de Espacios Naturales protegidos. Y ellos nos limitan mucho. Acceder al lecho del cauce es algo sensible y sólo puede hacerse entre mediados de julio hasta principios de noviembre. Una vez que llega noviembre llega el desove de los peces, la freza... y puede durar hasta marzo. Y en marzo es cuando comienzan los tiempos de pesca; así que realmente podemos trabajar tres meses al año”, explica Ana Arenas, jefa del servicio de la Comisaría de Aguas. La proridad, ahora, es intervenir en zonas protegidas “porque es más importante recuperar la continuidad en esas zonas, así como en las reservas naturales fluviales”, añaden. Ya se ha actuado en ríos de Castrillo, de Grado, Nava, Piloña, Oviedo, Salas, San Tirso de Abres, Siero, Villaviciosa, Somiedo, Castropol, Tapia, El Franco... 


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