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Hosteleros y muchos clientes ven bien fumar ya en las terrazas: “Hay que pasar página”

La supresión del aislamiento a los contactos estrechos de positivos evitará poner en cuarentena las aulas de centro educativos con casos

Rosa Secades fuma frente a una terraza en Oviedo. | Luisma Murias

Esta información ha sido elaborada por N. Oliveira (Avilés), A.Velasco (Mieres), I. Gago (Noreña) P. Palomo (Gijón), J. L. Salinas y J. A. Ardura (Oviedo)

Hosteleros y clientes valoran como un paso a la normalidad la posibilidad de poder volver a fumar en las terrazas, aunque sea con dos metros de distancia. La medida entra este mismo sábado en vigor, tras su aprobación por el Gobierno de Adrián Barbón, para afrontar “una nueva etapa, de transición” en la pandemia, tras la reducción de contagios, hospitalizaciones y muertes en el mes de febrero. “Hay que pasar página”, sostiene José Luis Álvarez Almeida, presidente de Otea, la patronal de la hostelería y turismo en Asturias.

Otea tiene precisamente recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJA) la prohibición del Principado de fumar en terrazas, una medida que, en parte, decae, pues ahora los clientes podrán hacerlo siempre que, por lo menos, estén a dos metros de distancia de otras personas. “Viene bien porque era algo que nos estaban pidiendo los clientes. No entendemos que haya que guardar dos metros de distancia, cuando antes si ibas por la calle tenías que estar a metro y medio”, manifestó Álvarez Almeida. En concreto, la norma que entra en vigor en el Principado establece la prohibición de fumar “en la vía pública o en espacios al aire libre cuando no se pueda respetar una distancia mínima interpersonal de, al menos, 2 metros”.

El presidente de Otea cree que la intención de las autoridades es aprovechar la pandemia del coronavirus para avanzar en la prohibición de fumar: “Si es igual en todas las comunidades, perfecto, pero no puede haber diferencias entre territorios”, sostuvo Álvarez Almeida, a quien no le sorprendió que el Principado mantenga los medidores en los interiores de la hostelería, aunque también manifestó ciertas reservas porque es una condición que no se pone en otros establecimientos de atención al público, “como las farmacias o los supermercados”. No obstante, el presidente de la patronal hostelera sí coincide con el planteamiento que expresó el jueves la directora general de Salud Pública, Lidia Clara Rodríguez, de que Asturias entra en una nueva fase, de “transición”, tras la reducción de contagios, hospitalizaciones y muertes de las últimas semanas. “Hay que pasar página, curar con los métodos que haya y recuperar la actividad”, afirmó Almeida, quien subrayó el alto cumplimiento de la hostelería regional con la instalación de medidores de CO2.

Las nuevas medidas son valoradas entre la confusión y la diversidad de opiniones en Avilés. Algunos hosteleros, como es el caso de José Luis Fontao, que regenta un bar en el barrio de Sabugo, celebraba la decisión de que el tabaco pueda volver a las terrazas. “Ya no tendremos que seguir haciendo de policías”, destacaba el hostelero, quien reconocía que “andar recordando a los clientes que no pueden fumar siempre resulta algo incómodo, ya que te encuentras todo tipo de perfiles: desde mal tomados a despistados”. Sin embargo, Fontao admitía que el hecho de que no se pudiera consumir tabaco en el exterior de su bar permitía mantener la terraza más limpia.

“Lo mejor era que levantaran todas las restricciones de una vez, no tiene sentido que prohibieran fumar en la terraza y luego nos juntáramos diez, a tres metros, para echar un cigarro”, planteaba el avilesino Enrique Cabral, que regresaba a la mesa para terminar su café después de fumar. Una opinión que compartían los hosteleros Begoña Redondo y Juan Heres: “Está bien que vuelvan a dejar; hemos perdido clientes por la normativa anterior. Café, cigarro y periódico van de la mano, y no se pueden separar en una terraza”.

En el bar El trébol, en Moreda, Rosa María Pérez indicó que “siempre que se cumplan las distancias, me parece muy bien que se permita volver a fumar en las terrazas, porque es un signo de que la pandemia va remitiendo y de que la gente y la hostelería podamos ir volviendo un poco a la normalidad”. Y entre los fumadores, también cierta satisfacción. “Muchas veces me veía solo en la terraza y pensaba que era un poco absurdo no poder fumar, pero ahora, con esta nueva normativa, sí que podré hacerlo y recuperar las viejas costumbres”, comentaba Joaquín Castañón, quien todavía este viernes se alejaba unos metros del bar para echar un pitillo. Para Castañón, más allá de fumar en las terrazas, la relajación de las restricciones lleva otro mensaje con mejores humos: “Ya estamos venciendo al virus”.

El hostelero ovetense Rafa Tamargo asegura que la norma “debería ser igual para todos. Es injusto que sea diferente en función de cada comunidad”. Tamargo regenta un bar en el centro de Oviedo que acaba de abrir sus puertas y tiene pensado solicitar poner una terraza frente al establecimiento. “En Asturias tenemos un problema, que no acabamos de rentabilizar las terrazas, pero son un elemento positivo porque con la meteorología que tenemos permiten que el virus no se expanda tanto como en otras comunidades”, señaló.

Geli Zarracina, al frente de una vinatería en Gijón, juzga positivo que se pueda volver a fumar en las terrazas, aunque la nueva medida le provoca algunas dudas. “Lo que deberían hacer es prohibir el tabaco o no poner ninguna restricción porque, si no, el problema va a ser para nosotros”, afirma esta hostelera que tiene su negocio en la Ruta de los Vinos. Laura Losa y Natalia Alonso, ambas fumadoras que estaban en una cafetería de El Llano, creen que “será difícil de cumplir la distancia de dos metros en la calle”. En Noreña, disparidad de opiniones. Para Mayte Martínez, gerente de El Casero de la Villa Condal, “era una tontería alejarse unos metros para echar un cigarro”. Prado Iglesias, no fumador y harto de pasar frío por sus amigos, cree que “hay que cumplir la norma”.

Otra novedad aprobada por el Principado consiste en eliminar cuarentenas a los contactos estrechos de casos positivos. Esta medida tiene una repercusión directa sobre los colegios e institutos. La consejera de Educación envió una carta a los equipos directivos de los centros para confirmarles que queda sin efecto el protocolo del mes de enero que obligaba a cuarentenar aulas a partir de 5 positivos o con más del 20% de sus alumnos contagiados.

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