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DÍA DE LA ATENCIÓN PRIMARIA

Asturias se queda sin médicos de cabecera

La sobrecarga de trabajo y la falta de incentivos provoca, según el gremio, la fuga de facultativos a otras especialidades o comunidades

José Miguel Álvarez Cabo, Ángeles Ordóñez, Jesús Rodríguez Virgili, Rubén Villa, Antonio Fernández y Javier Alberdi, este martes, en el Colegio de Médicos de Oviedo

Después de la familia o ese amigo de toda la vida, es el médico de cabecera la persona que más sabe de la vida de uno: dónde vives, cómo es tu casa, si te bañas en plato de ducha o bañera, qué sueles comer, si eres más de vino o cerveza, si usas el ascensor o prefieres subir escaleras, incluso dónde has ido de vacaciones o qué tipo de calzado usas... “Todo el mundo conoce el suyo y todo el mundo utiliza a su médico”, resume Rubén Villa Estébanez, presidente de la Sociedad asturiana de medicina familiar y comunitaria (Samfyc) que ejerce en Grado. 

Pues bien, esa figura fundamental en la vida de las personas “está en peligro de desaparición”. Así lo alertaron Villa y el resto de profesionales en el Día de la Atención Primaria, este martes 12 de abril, durante un acto en el Colegio de Médicos de Asturias, en Oviedo, bajo el lema “Defendamos la Primaria, defendamos la sanidad”, destinado a llamar la atención sobre la crisis y el mal momento que atraviesa la asistencia sanitaria en la región. Y también con el objetivo de exigir acción a la Consejería de Salud: “Estamos cansados de planes, estrategias y proyectos; hacen falta hechos y agilidad. El decreto para regular la atención primaria en Asturias iba a estar listo en 2020. El Consejero habla bien pero actúa poco”.

Estuvieron presentes Jesús Rodríguez Virgili, coordinador del centro de Luanco (Gozón) y vocal de Atención Primaria en el Colegio de Médicos; José Miguel Álvarez Cabo, presidente de la Sociedad española de médicos generales y de familia (Semg), y el presidente en la región, Antonio Fernández; Ángeles Ordóñez, presidenta de la Asociación asturiana de pediatras; y Javier Alberdi, presidente del Sindicato de Médicos (Simpa).

Entre todos ofrecieron algunos datos que, recalcaron, sirven para mostrar las deficiencias y necesidades de la atención primaria en el Principado, donde ejercen 650 médicos de familia, cifra que ronda el millar si se suman pediatras, urgencias, etcétera. Una plantilla que en pocos años se habrá reducido en un 40% porque la mayoría de los profesionales están por encima de los 60 años con la jubilación a la vuelta de la esquina. Una plantilla que recibe pocos incentivos: el precio por hora extra está sin revisar desde 2008 y algunas comunidades pagan 12 euros más a sus médicos que lo que se paga en Asturias. Una plantilla que de 2019 a 2020 sumó un millón más de consultas, hasta 5 millones, con médicos que en pandemia llegaron a atender 70 pacientes en un día y que en un año pueden trabajar, en algunos casos, unas 2.500 horas. 

Si de pediatras se habla, las cifras no son mejores: hay 120 en toda Asturias para una población de más de 100.000 niños. “Un cuarto de ellos tiene más de 60 años. Este año hay siete residentes en Asturias en pediatría, cinco en el HUCA y dos en Cabueñes, en Gijón. Solo tres han mostrado su predisposición a continuar en atención primaria”, advierte Ángeles Ordóñez. “La salud pública empieza en la infancia. Si cuidamos a los niños desde los primeros años de vida los podremos proteger para su etapa final. Atender y reforzar la pediatría es también cuidar al resto de la familia al fomentar estilos de vida saludables”.

Más presupuesto

Más allá de dotar de medios y presupuesto la Atención Primaria, algo que por supuesto es importante –Jesús Rodríguez Virgili considera que el presupuesto debe incrementarse un 25%–, una de las máximas preocupaciones es la falta de relevo profesional. “Los médicos huyen de los centros de salud”, alerta José Miguel Álvarez Cabo. “Hay una aversión hacia la atención primaria”, reseña Ángeles Ordóñez. 

La falta de medios, la mala organización y una estructura deficiente, que genera sobrecarga asistencial y jornadas maratonianas, hace que cada vez menos jóvenes que empiezan opten por convertirse en médico de familia. Álvarez Cabo resume: “La atención primaria es el eje vertebrador del sistema, pero está en riesgo serio de desaparición”. El presidente de Semg advierte de que esto deriva “en pérdida de bienestar social y, en última instancia, en menos vida, ello derivado de la falta de tiempo para atender en condiciones a los pacientes”. Cabo reclama “un nuevo enfoque” de la atención primaria, ahora basada en España en un modelo que tiene ya 30 años. “Hay que abordar un nuevo enfoque en base a criterios técnicos y no políticos”.

Antonio Fernández, presidente de Semg en Asturias, pone el acento en la necesidad de dotar de más estabilidad a las plantillas en los centros de salud. “Es necesaria una mayor duración de la relación entre el médico y sus pacientes, algo que se asocia con un menor uso de las urgencias, menos hospitalizaciones agudas y menor mortalidad”, asegura. “Esto supone un importante ahorro de costes al sistema. La realidad es que más del 80% de los problemas de salud requieren de intervenciones poco agresivas, no requieren hospitalización, por eso debe haber el número suficientes de médicos de familia”.

Pero el panorama laboral no alienta a los profesionales a animarse a quedar en un centro de salud, menos en un consultorio de la zona rural asturiana. “Los MIR no se quedan, el número que lo hace es inferior a los que se jubilan cada año”, alerta Javier Alberdi. “Tenemos consultorios masificados, médicos quemados porque no pueden destinar el tiempo que estiman necesario a atender a su paciente y así es imposible resolver el problema.” Hay “desapego” a ser médico de cabecera y “desafección” del paciente hacia este profesional. “Tal y como está concebida ahora la atención continuada, eso de un médico en cada esquina como aspira la gente, es inasumible. Es imposible que un facultativo vea en 6 horas a 120 pacientes”.

Por todo lo expuesto, recalca Jesús Rodríguez Virgili, es necesario dotar “de un presupuesto finalista la atención primaria asturiana, con adecuados recursos humanos, facilitando la llegada de profesionales y evitando su marcha a otras comunidades autónomas”. Algo que solo se conseguirá “con ofertas estables y duraderas que permitan un desarrollo profesional atractivo a largo plazo”.

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