El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, y la directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Begoña López, se reunieron ayer con el recién estrenado Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Miel de Asturias. El encuentro supone un "paso muy importante porque ya podemos certificar nuestro producto bajo este sello", explica Mabel Tuñón, apicultora y una de las partes del proyecto Ería de Valles, nacido en 2012, fruto de su inquietud por un mundo que pasó de "ser un hobby a una forma de vida".

La formación del Consejo Regulador, presidido por Julio Fernández, culmina así un proceso que busca destacar el valor del producto y posicionar a la miel asturiana en el mercado. "En nuestro caso, somos parte de Alimentos del Paraíso Natural, una marca que garantiza el origen y certifica la calidad de nuestra miel, pero el sello de la IGP, al ser una distinción europea, nos va a abrir muchas puertas", asegura Tuñón con confianza en el porvenir de la marca de calidad.

La reunión ha sido acogida con "optimismo" en el sector apícola, ya que a partir de ahora "ya se pueden elaborar los documentos para las auditorías y para poder certificar la miel como IGP, que era algo que llevábamos esperando 5 años", recalca Mabel Tuñón respecto al sentir en el sector.

Por su parte, el Principado destinará este ejercicio 80.300 euros al Consejo, de los cuales 55.000 serán para el control y certificación del producto y 25.300 para promocionar la marca. De este modo se busca ofrecer el impulso necesario para que la IGP Miel de Asturias inicie su camino. El objetivo marcado es lograr una producción anual de 400 toneladas y, para ello, se contará con unos 80 elaboradores y 40 envasadores repartidos por toda Asturias. Una industria agroalimentaria con visos de crecer apoyada en su nueva marca de calidad.