Los hermanos de madre Luis Iván P. D. y César E. D. llevan en prisión desde mayo de este año después de que agentes de la Policía Local de Oviedo hallasen en su casa de la avenida de Pumarín de Oviedo 53 gramos de cocaína distribuidos en papelinas y listos para ser distribuidos entre consumidores de esa droga. Nadie pone en duda esto, sino la forma en que se obtuvieron las pruebas. Los agentes aseguran que fueron los propios acusados quienes les invitaron a entrar en la vivienda en la que vivían, con el fin de identificarse. Cuando iban a la habitación de uno de ellos para que les mostrase el documento de identidad, los agentes vieron por una puerta entreabierta un montón de papelinas dispuestas en la mesa del salón, junto a balanzas de precisión, una agenda en la que luego se comprobó que había teléfonos, posiblemente de clientes, y hasta siete teléfonos móviles.

Pero los acusados, defendidos por el letrado Luis Tuero (que pidió la nulidad de las actuaciones), negaron en el juicio celebrado esta mañana en la sección tercera de la Audiencia que diesen permiso a los agentes para entrar en el domicilio. "Uno de ellos me empujó y entraron en la casa. Me apuntaron con una pistola al estómago", dijo uno de los acusados. Para Luis Tuero, se produjo una flagrante violación del artículo 18.2 de la Constitución, que garantiza la inviolabilidad del domicilio. Tuero niega que los acusados diesen su consentimiento para la entrada de los agentes, y aunque lo hubiesen dado, añadió, "su actitud mental estaba condicionada por una intimidación ambiental", la supuestamente ejercida por la presencia de hasta seis agentes de la Policía Local, cuatro de ellos uniformados.

Dos de los agentes, uno de ellos inspector jefe de servicio, estaban de paisano en la avenida de Pumarín, después de recibir llamadas vecinales advirtiendo del tráfico de drogas. "Observamos como salía uno de los hermanos en actitud vigilante, como se acercaba a una persona y se producía lo que parecía un intercambio", explicó el inspector. Lo cachearon, explicó, pero no hallaron droga. No iba documentado, por lo que pidió ir a su casa, donde se había dejado el DNI. Una vez allí, los agentes no le dejaron entrar en la vivienda, ante el temor de que se encerrase, como ha ocurrido en alguna ocasión. Luis Iván P. D. le pidió a su hermano César que le buscase el documento, pero éste no lo encontraba. A los agentes les parecía todo una añagaza, por lo que pidieron apoyo y se presentaron cuatro agentes de uniforme. Fue en ese momento cuando ante las peticiones reiteradas de los hermanos los agentes entraron en la casa y encontraron la droga.

La defensa, a cargo de Tuero, indicó que "los agentes se arrogaron funciones que no les correspondían". Y es que, según este letrado, los agentes deberían haber llamado a la Policía Nacional, o haber detenido al joven sospechoso de haber realizado el "pase", para realizar una entrada y registro con todas las de la ley y en presencia de un letrado. En cambio, añadió "los hermanos dijeron 'pasen y vean, aquí tengo las cocaína y las papelinas, les permito entrar en mi salón'. Es una actuación muy irregular, me cuesta creer que haya habido consentimiento. O son tontos o me cuesta creerlo. No tuvieron la decencia de llamar a la Policía Local o hacer un consentimiento por escrito. Y si se encierra en la casa, pues se busca una orden judicial". Lo que deberían haber hecho los agentes, dijo, "es garantizar los derechos, que es lo que no se ha hecho aquí".

La fiscal, por su parte, mantuvo cuatro años de cárcel para cada uno de los hermanos, así como el pago de sendas multas de 26.000 euros. "No ha habido ninguna vulneración de la inviolabilidad del domicilio, los acusados dieron un consentimiento válido y líbremente otorgado, insistieron repetidamente en que los agentes entrasen en la vivienda, sin que sufriesen confusión mental alguna", indicó. Además, la droga iba claramente destinada a su distribución a terceros, al estar repartida en papelinas, y no era para consumo propio, como aseguró inicialmente César E. D. El juicio quedó visto para sentencia.