Crónica de un Jueves Santo trágico en el que el oleaje se llevó a dos turistas en dos icónicos lugares asturianos con precedentes

Un británico fue sorprendido por una gran ola en la localidad de Muros de Nalón cuando iba con su mujer 

El cuerpo tuvo que ser rescatado por un helicóptero

A la misma hora, una madrileña que caminaba con su marido y su perro por el espigón pixueto cayó en la dársena y pereció al golpearse contra las rocas  

Doble tragedia por el oleaje en Asturias: fallece un turista caído al mar en San Esteban y una mujer muere en Cudillero

Alicia G. Ovies / Ángela Rodríguez

Ángela Rodríguez

Doble tragedia en la costa occidental de la región a causa del fuerte oleaje. Dos turistas que pasaban las vacaciones de Semana Santa en Asturias, un británico y una madrileña perdieron la vida ayer tras ser arrastrados al mar por sendas olas en los espigones de San Esteban (Muros de Nalón) y de Cudillero respectivamente. Ambos se encontraban observando de cerca el temporal cuando sucedió el fatídico desenlace, por golpes de mar coincidentes en el tiempo en ambas localizaciones. La Agencia Estatal de Meteorología había decretado para ayer la alerta naranja («riesgo importante») por fenómenos costeros en toda la cornisa cantábrica, coincidiendo con la borrasca «Nelson» que afecta a gran parte de España.

Los dos sucesos sucedieron prácticamente a la vez, pasado el mediodía, en pueblos separados por apenas siete kilómetros. La primera llamada de alerta al 112 se produjo en Cudillero, a las 12.59, mientras que en San Esteban fue a las 13.01, con solo dos minutos de diferencia entre ambas.

En Cudillero, además, hubo dos heridas leves por la misma ola. Afortunadamente no cayeron al mar y salvaron sus vidas. Lo ocurrido consternó a los vecinos y visitantes de ambas localidades, muy impactados

En San Esteban nada se pudo hacer por la vida de J. P. M, británico de 62 años, que pasaba las vacaciones en la localidad del Bajo Nalón junto a su mujer, vallisoletana, con la que llevaba casado más de treinta años. Ambos estaban instalados en San Esteban desde el pasado martes, alojados en unos apartamentos turísticos. Los dos se relacionaron con varios vecinos y causaron una grata impresión en el pueblo.

El fallecido, un hombre de gran envergadura, era gran aficionado a la naturaleza y había traído incluso un gran teleobjetivo con el que fotografiar pájaros, aunque no lo llevaba encima en el momento del accidente.

La pareja decidió ir a pasear a La Barra de San Esteban poco antes del mediodía. La marea estaba baja y nada hacía presagiar el trágico desenlace. Ambos se encontraban en la parte final del paseo cuando el fallecido se dispuso a subir la rampa que da acceso al faro, mientras su mujer se quedó mucho más atrás, según los testimonios recabados. Al ver el fuerte oleaje, el turista británico retrocedió, pero ya era tarde. Un golpe de mar se lo llevó por delante, arrastrándolo a la ría, en la desembocadura del río Nalón. Su mujer se cobijó como pudo en el paredón de la barra mientras comenzó a pedir auxilio. Muy cerca de ellos se encontraba otro matrimonio que también demandó ayuda.

El Centro de Coordinación de Emergencias del 112 Asturias recibió el aviso a las 13.01 horas. En la llamada, un particular informó de que una persona acaba de caer al mar. Automáticamente se movilizó el grupo de Rescate de Bomberos de Asturias a bordo del helicóptero medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), que cincuenta minutos después rescató el cuerpo sin vida del accidentado mediante una operación de grúa en la que se desplegaron 30 metros de cable.

Las olas habían arrastrado al fallecido a la ría, lo que facilitó su localización y rescate. Los restos mortales fueron evacuados a la explanada del propio espigón entre gran tensión, con la esposa siguiendo las labores. La Guardia Civil se hizo cargo de los trámites hasta que se produjo el levantamiento del cadáver, en torno a las cuatro y media de la tarde.

Hasta el lugar del suceso también acudió una dotación del Bomberos de Asturias con base en el parque de Pravia, y la sala del 112 activó la ERIE (equipo de respuesta inmediata de emergencias) de salvamento acuático de Cruz Roja y se informó a Salvamento Marítimo, aunque estos dos últimos no llegaron a intervenir. Está previsto que se practique la autopsia al fallecido en Oviedo, antes de que el cuerpo sea repatriado a Inglaterra. El fallecido, jubilado, vivía con su mujer en las inmediaciones de Londres.

En Cudillero, prácticamente al mismo tiempo, una turista de Madrid perdió la vida en condiciones parecidas a las del visitante británico en San Esteban. La fallecida paseaba con su pareja y con su perro por el espigón del muelle nuevo.

Un golpe de mar tiró primero al agua al cachorro y luego a la mujer, que habría perdido la vida de forma fulminante tras golpearse contra las rocas, según los primeros indicios. La marea estaba baja y la ola los cogió de imprevisto. En ese momento, según varios testigos, había varias personas en el espigón, muchas sacando fotos y paseando. La mujer cayó al mar, al interior de la dársena, en una zona con bloques de piedra. Dos pescadores intentaron socorrerla, se lanzaron al mar en una pequeña lancha que estaba amarrada cerca de la zona del accidente y consiguieron traerla a tierra. Según varios testigos, la turista presentaba varios cortes y su estado de salud parecía muy delicado. Enseguida llegó una ambulancia y los sanitarios intentaron reanimarla, pero nada pudieron hacer por su vida. Al lugar también acudieron efectivos de emergencias y de la Guardia Civil. El cachorro fue rescatado en perfecto estado por otro pescador.

En el incidente del muelle pixueto se vieron afectadas cuatro personas en total: la fallecida y su pareja, que resultó ileso y paseaban junto a su perro, y otras dos jóvenes de otro grupo de visitantes que resultaron heridas leves. Una de ellas fue trasladada al centro de salud de Cudillero tras recibir un golpe contra una valla por la fuerza de la ola. Estaban paseando por la parte de arriba del espigón y, aunque también les alcanzó el golpe de mar, fueron frenadas por la barandilla y no llegaron a caer al mar.

La gran ola de San Esteban

"Ha sido una tragedia inexplicable"

Los vecinos aseguran que el turista británico fallecido era «encantador, una delicia de persona»

Alicia G.-Ovies

«Estuvieron buscándolo mucho rato y el helicóptero bajaba muchísimo. Se acercaba un montón al agua. Al final vimos como el rescatador subió con el cuerpo». Así explicaba un testigo en San Esteban el complejo rescate del cuerpo del J. P. M., el británico de 62 años fallecido en el espigón del pueblo de Muros de Nalón al ser arrastrado por una ola. La zona del espigón tenía varias señales que alertaban de la peligrosidad de la zona por el temporal, aunque muchos viandantes se acercaron a La Barra. «Eran encantadores, lo poco que traté con ellos fueron una delicia como personas. Ha sido una tragedia inexplicable», afirma una vecina que coincidió con el fallecido y su mujer, vallisoletana.

«Me acerqué a San Esteban a ver el temporal con distancia, desde la playa de El Garruncho. Vimos un helicóptero rastreando la zona y varias personas cerca del espigón empezaron a señalar algo en el agua; era el cuerpo del fallecido», explicó otro testigo. «Uno de los rescatadores bajó por una cuerda, descendió hasta el agua y subió al cadáver», relata.

Los bloques de San Esteban, ayer por la tarde, entre un fuerte oleaje. | LNE

Los bloques de San Esteban, ayer por la tarde, entre un fuerte oleaje. / LNE

Otro vecino de la zona explicaba : «Fui a La Barra sobre la una y media. El día era ventoso, aunque no llovía. A partir de las tres o así no paró de llover. Había mucha gente, la mayoría turistas o grupos familiares que comentaban lo que había pasado». «Cuando me acerqué a la zona, por el muro, vi al fondo un grupo de gente. Delante estaba el cuerpo del fallecido, cubierto por una lona amarilla. El alcalde de Muros estaba un poco separado, hablando por el móvil. Inmediatamente llegó un bombero y empezó a precintar la zona, al inicio del espigón», relata también. Y concluye: «Un guardia civil pedía a la gente que no se acercara. La gente comentaba las imprudencias de los turistas con los temporales, que no cometen los de la zona, que evitan esos peligros».

La gran ola de Cudillero

"La barandilla paró a otras dos chicas"

Un pescador logró rescatar vivo al perro de la víctima madrileña: «Fue el primero que se llevó el mar»

Ángela Rodríguez

«Había más gente en el espigón. Yo iba dando un paseo por la mañana y vi mas gente sacando fotos y paseando. La marea estaba baja, y el mar no suele saltar así. Pero fue subiendo y los pilló por sorpresa». Así lo contaba ayer Eliseo Fernández, pescador y uno de los testigos del trágico accidente que terminó con el fallecimiento de una madrileña de unos cincuenta años en Cudillero tras ser arrastrada por una ola e impactar contra las rocas de la dársena del puerto. La mujer paseaba con su marido y con su perro, que también fue arrastrado a la dársena y fue rescatado con vida por un pescador.

Al igual que otros testigos, que aprovechaban la tregua de la lluvia para pasear por la zona de faena del muelle nuevo, Fernández comprobó como una ola azotaba también a otras dos chicas que caminaban por la zona alta del espigón, aunque en su caso pudieron salvar la vida. «Las paró la barandilla. Se llevaron un buen susto, pero tuvieron suerte», asegura el pescador. «Al cachorro fue el primero al que se llevó el mar. Y luego, un segundo golpe tiró a la mujer», relatan también otros testigos que presenciaron el fatal desenlace de la turista madrileña.

El espigón de Cudillero, cerrado tras el accidente. | Á. G.

El espigón de Cudillero, cerrado tras el accidente. / Á. G.

«Es una tragedia que se pierda así una vida humana. Mientras otros intentaron ir a por la mujer, yo fui a rescatar al perro porque también tengo animales y me daba mucha pena. Cuando lo cogí estaba casi ya ahogándose y temblaba», relata el mismo pescador, consternado por lo sucedido. Varias personas que presenciaron lo sucedido apenas podían articular palabra por la impresión.

Los vecinos de la zona comentaban tras lo sucedido los peligros que puede tener es espigón cuando hay oleaje. «Hace tiempo, una ola casi se lleva al mar un coche, de un señor que estaba viendo el mar con la ventanilla bajada», aseguraba uno de ellos.

"El mar es muy guapo, pero mata", afirma el alcalde de Muros de Nalón

Celestino Novo, muy afectado, remarca: «Cuando se cierra una zona no es por gusto»

Alicia G.-Ovies

«El mar es guapo, pero mata. Que vayan al Espíritu Santo, que también ven olas, pero que no vengan aquí. Estos días, con este temporal, que no se vayan a meter aquí, porque esto se puede convertir en una tragedia. Cuando alguien cierra una zona no es por gusto», señalaba ayer, en lugar en que tuvo lugar el trágico suceso de San Esteban, el alcalde de Muros de Nalón, Celestino Novo

El regidor insistió en pedir a vecinos y turistas que se respeten las señalizaciones: «A todo el mundo le gusta ver las olas con estos temporales, pero sabemos que la belleza también te puede matar. Ya dije con el anterior temporal que una maravillosa foto se puede convertir en una desgracia muy grande», se lamentó.

Novo tuvo que solicitar a las fuerzas de seguridad que sacara a la gente de la zona del suceso y colocase balizas. «Hacemos de todo un selfie y un vídeo, pero hay que respetar a las personas, a las familias, las desgracias...No creo que sea ni el mejor vídeo ni la mejor foto para colgar el las redes», opinó tajante.

El primer edil se mostró muy afectado por lo ocurrido en una semana que, reconoció, «teníamos de todo y al final sólo se va a hablar de esto. Lo siento en el alma porque esta gente venía a disfrutar de la zona, de nuestra gastronomía, de todos los encantos que tiene nuestro concejo, y se ha encontrado con esta desgracia», lamentó.

"Mucha prudencia ante el tiempo adverso", pide el regidor de Cudillero

Carlos Valle subraya que la de ayer fue «una jornada muy dura» para el municipio

Ángela Rodríguez

«Como hago siempre, me gusta informar personalmente de las cuestiones que acontecen en nuestro municipio», dijo ayer, consternado, el alcalde de Cudillero, Carlos Valle, al comenzar a referirse al trágico suceso que tiñó de luto un día festivo en Cudillero, con importante presencia de visitantes y turistas, al igual que en el concejo de Muros del Nalón.

«Esta es una jornada dura para nuestra comarca y nuestro municipio con el fallecimiento de una persona en nuestro pueblo y otra en San Esteban a consecuencia del oleaje. En estos momentos, intentamos estar con la familia y gestionar la situación», dijo Valle. El regidor estuvo acompañando al marido la mujer fallecida en el puerto pixueto. «Lamento muchísimo lo ocurrido. Es una tragedia y quiero trasladar mis más sinceras condolencias a los familiares y amigos», afirmó emocionado.

El alcalde cudillerense también hizo un llamamiento a la sensatez y a la cautela. Afirmó: «Sólo quiero pedir mucha prudencia ante las condiciones meteorológicas adversas». Carlos Valle mostró también el agradecimiento del concejo a las personas que colaboraron en el rescate y la labor de los servicios de emergencia y las fuerzas de seguridad. «Desde Cudillero, nuestro más sentido pésame a familia y amigos de las personas fallecidas y una pronta recuperación para el resto de personas heridas», deseó.

Los antecedentes: dos muertes en 2020 en los mismos lugares

El de ayer no es el primer incidente grave que sucede en el espigón de San Esteban (Muros del Nalón). El 29 de diciembre de 2020, desapareció Juan Manuel Vega, de 59 años, mientras daba un paseo antes de ir a una comida con amigos a la que nunca llegó. Las labores de búsqueda se alargaron durante 12 días hasta que apareció su cuerpo sin vida en la playa de Los Quebrantos, en San Juan de la Arena (Soto del Barco).

En Cudillero tampoco es la primera vez que lamentan un accidente de esta naturaleza. El 6 de marzo de 2020, la Guardia Civil localizaba el cuerpo sin vida de un varón palentino de 60 años que se precipitó al agua en el puerto mientras conducía una furgoneta. Diferente final tuvieron tres turistas alemanes que pudieron ser rescatados ilesos el pasado 28 de septiembre tras quedar aislados por el agua en una porción de tierra ubicada al oeste del muelle de Cudillero. La fortuna sonrió también a un marinero septuagenario, cuya identidad corresponde con las iniciales L.P.Y., que cayó al puerto pixueto desde el espigón donde se encontraba pescando.