En corto y por derecho

Kichi, la línea trazada

El alcalde de Cádiz antepuso la defensa de las fragatas de Navantia a su antibelicismo

Malos tiempos para tirar bombas. En la Fábrica de Armas de Santa Bárbara, en Trubia, acaban de ver cómo el Ministerio ponía a remojo el contrato de fabricación de blindados que les iba a garantizar carga de trabajo durante los diez próximos años y la creación de unos 90 puestos de trabajo por año. No han dicho que sí ni han dicho que no. Han mandado parar. Y aunque en Santa Bárbara siguen trabajando en fabricar los primeros prototipos de esos 8x8 "full equipe" para que los pruebe la Legión, hay mucha incertidumbre sobre lo que pasará con el contrato gordo.

El mal tiempo podría empeorar, además, con la formación de un nuevo Gobierno central al que, dado su ADN ideológico, se le suponen valores antibelicistas, poco dados al gasto armamentístico.

Con toda esa borrasca de fondo, la nueva directora general de Industria del Gobierno regional socialista de Adrián Barbón, Rosana Prado, se plantó esta semana en la fábrica de Trubia y se ofreció a mediar con el Gobierno de Madrid para que el gran contrato vuelva a activarse. "Somos positivos", resumió Rosona con un leve acento "louisvangaalés".

Esta bien no pensar en negativo en los asuntos de la industria de las armas. Es lo que hace, con acento gaditano en este caso, José María González, "Kichi", el alcalde de Cádiz. Puede ser de Podemos y de la rama "anticapi", pero en la bahía, y ante la disyuntiva de fabricar armas al saudí o comer, siempre ha defendido con vehemencia que los trabajadores puedan ganarse el pan. Ahí lo tienes al Kichi.

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