Avilés tiene el honor de haber elegido a San Agustín de Hipona como patrono principal de la villa del Adelantado y Conquistador de la Florida, contra el que nada ha podido la leyenda negra que vuelve a azotar a España. Pero también sufre un abandono por extraños prejuicios oficialistas de unos y dejadez de otros, aunque el Santo doctor africano sea la personalidad política, social, filosofía y teológica de mayor influencia en la cultura de Occidente.

San Agustín nos ha dejado en su “Confesiones” una obra maestra de psicología profunda de la introspección. Precursor del Cogito cartesiano. Su pensamiento político-histórico está magistralmente expuesto en su obra cumbre, “La ciudad de Dios” , una Teología de la Historia plenamente actual por cuanto la ciudad política se levanta arrogante en su laicismo negativo y prepotente, contra la ciudad de Dios.

Ambiente en las calles en una edición anterior de las fiestas, en Avilés

La personalidad de San Agustín no puede ser comprendida sin la de su madre Santa Mónica, paradigma de esposa, madre y fiel católica, a cuyas lágrimas se debe la conversión de su hijo maniqueo y escéptico en su juventud. Porque como repetiría después de su conversión, su corazón estaba inquieto hasta que encontró a Dios: “Verdad siempre antigua y nueva”.

En estos tiempos del covid-19, la fiestas de San Agustín está marcadas por las medidas sanitarias de recortes de derechos y libertades, simbolizadas en las mascarillas con más ventajas que inconvenientes. Son tiempos de vacunas que aunque no sean la panacea obligatoria total para dominar el terrible virus que no cesa, sí deben ser consideradas y estimadas, frente a tanto negacionista irresponsable, en botellones y reuniones peligrosas que contra toda justicia y razón no respetan las medidas sanitarias.

La personalidad de San Agustín no puede ser comprendida sin la de su madre, Santa Mónica, paradigma de esposa, madre y fiel católica

Como dice el Papa Francisco vacunarse es un acto de amor al prójimo. Han pasado los tiempos en los que las fiestas de San Agustín (2019) se anunciaban con patético cartel que representaba un macho cabrío vomitando programas festivos, como dragón apocalíptico. Estos dos años marcados por el covid-19 han supuesto un antes y un después en la forma de celebrar las tradicionales fiestas agustinianas: el dolor, la enfermedad y la muerte siguen estando presentes en las familias. Pero siempre hay motivos para la esperanza cristiana.

Dos instituciones avilesinas deben ser felicitadas: los Cursos de la Granda que versan sobre temas fundamentales, como el dedicado al covid-19 desde el punto de vista jurídico-político y médico: el que ha tratado de la reciente ley de Eutanasia analizada por teólogos, médicos, juristas, enfermos. Otra institución es el diario LA NUEVA ESPAÑA de Avilés y Comarca, que cumple 30 años tomando el pulso informativo de la sociedad.

Agustín es un santo y sabio patrón que puede ayudar a los avilesinos en estos tiempos duros de covid-19.