M. MANCISIDOR

«Mujeres a contracorriente». Así definió Rebeca Fernández, autora del libro «Avilés 1900-1939» a aquellas jóvenes que entonces, en tiempos de preguerra, se lanzaron a la aventura de rellenar páginas en blanco. Eran escritoras y de ellas quedan ahora sus testimonios impresos en viejos ejemplares de la prensa local. La revista «El Bollo» es el mejor balcón para asomarse al pasado de estas autoras avilesinas que conoce al dedillo Rebeca Fernández, quien el pasado martes repasó la escritura femenina en el club de prensa de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.

Fernández recordó que desde el año 1893, cada lunes de Pascua, se celebran en Avilés las fiestas de El Bollo, que fundó el doctor Claudio Luanco. Años después, aparece el primer número de la publicación, que tenía como fin conmemorar dichas fiestas, y pronto se convierte en un foro para los intelectuales. En sus páginas firman personajes de la talla de Armando Palacio Valdés y Marcos del Torniello. Con el tiempo, la publicación aumenta su paginación y crecen los colaboradores. Se incorporan Manuel González, David Arias, Horacio Mesa, Isidro Pruneda y el poeta Luis Menéndez «Lumen».

En 1921 comienza la etapa dorada para «El Bollo», que se prolonga hasta 1936 bajo la dirección de Lumen, quien, además, fue el encargado de poner en marcha la primera biblioteca de préstamo de Avilés. En estos años, la revista recoge también firmas de mujeres. Adquiere un carácter más progresista e intelectual. Además de «El Bollo», las firmas se suceden en la prensa local, como «El Progreso de Asturias», el semanario «La Batelera» y «Avilés Gráfico», entre otras.

La primera colaborada femenina de la revista «El Bollo» firma como María C y escribe en 1899 el poema titulado «Un sueño», según Fernández. Las siguientes colaboraciones femeninas en la publicación avilesina datan de 1909 y corresponden a Margarita Blanca y María Antonieta. Ambas coinciden a la hora de escribir en el asunto -artículos dedicados a la fiesta de Pascua-, si bien Antonieta también publica colaboraciones en las que plantea una serie de reflexiones existenciales.

Tiempo después, Carmen Segunda L. Lois, Lola R. de Tio y Pura G. Arias también publican sus obras. Para completar la lista de mujeres que escriben en la prensa local de esta época -según Fernández, quien está elaborando su tesis doctoral sobre escritoras locales- es necesario hacer referencia a María Esperanza Rodríguez Cerdán y Ana Arias Iglesias, más conocida como «Ana de Valle».

Rodríguez fue maestra y representante en Asturias de la Unión de Mujeres de España. De ella, las críticas en la revista «Asturias» decían en 1919: «Notabilísima escritora cuyas producciones, plenas de emotividad y belleza literaria, suelen realzar estas páginas». Sus artículos profundizaban en temas escolares, pero también sociales y políticos. Ana de Valle publicó su primera obra («Pájaro azul») en 1932. Sus colaboraciones en la revista «El Bollo» comienzan en 1925 y la influencia del surrealismo va a estar presente en su poesía al comienzo de los años treinta. Su hermana Nieves Arias también colabora en la prensa local.

«Los periódicos son utilizados, además, como medio de expresión por otras mujeres con inquietudes políticas y sociales», explicó Rebeca Fernández en el Club de prensa de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, ante un buen grupo de mujeres que siguió atentamente la reflexión que la joven avilesina hizo de la escritura femenina en el concejo. «Esto es parte de mi trabajo, pero mi intención es abrir la puerta a todo aquel que quiera colaborar y añadir información», concluyó Fernández.