A. P. GIÓN

«Somos un pueblo inculto de nuestra propia historia. Lo primero que tenemos que pensar en el bicentenario de la Independencia es que forma parte de nuestra historia y que tenemos mucho que aprender de ella. Hay que buscar fondos, hay que reivindicar lo español porque, hasta ahora, sólo se ha reivindicado lo francés y lo británico. Y hay que conseguir trasladarlo a los más pequeños».

Esta crítica constructiva sirvió de prólogo y colofón al coronel director del Museo Militar de La Coruña, José Fernando Navas Ramírez-Cruzado, en la conferencia sobre la guerra de la Independencia en Asturias que ofreció ayer en el Valdecarzana. La ponencia tuvo como marco el ciclo de actividades organizadas por la asociación cultural Amigos del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer (Acción).

Navas, que se definió como «un pobre soldado viejo que cuenta la historia a los niños», pidió «respeto por el pasado, que no nos tiene que servir más que para hacernos mejores». «Lo más triste de esta guerra no es su análisis, sino el olvido de los propios españoles de las enseñanzas y las gestas de ésta», afirmó el coronel de artillería.

El experto resumió el origen y evolución de la ocupación francesa y el levantamiento del pueblo español, el primero de Europa en rebelarse contra su invasor, para pasar a analizar, a continuación, la composición y avances de los ejércitos. «El ejército español estaba formado por 600 generales, 7.222 jefes y oficiales, 131.019 de tropa, 11.235 caballos y 334 batallones. Estuvo sólo en quince de las principales batallas y venció en Bailén, Tamames, Alcañiz y San Marcial. Era un ejército muy numeroso pero, como ha sido una constante en España, estaba desatendido, abandonado», puntualizó.

José Navas realizó una mención especial al papel asturiano en el 2 de Mayo, en particular, y a la guerra de la Independencia, en general. «Sesenta y ocho asturianos fueron víctimas el 2 de mayo en Madrid, 29 de ellos murieron y 39 resultaron heridos», enumeró. Y puso algunos ejemplos: «El asturiano José Fernández Villamil y cinco mozos de su hostería combatieron contra los mamelucos en la calle Mayor, y José Muñiz Cueto, de San Salvador de Villalaín (Allande), derribó de un tiro al jefe», apuntó. Entre los asturianos que enumeró el coronel de artillería no podía faltar Juan Pérez Villamil y Paredes, artífice del levantamiento en Móstoles y considerado el iniciador del enfrentamiento. «Lo que estaba claro es que, después de la guerra de la Independencia, España ya no sería nunca igual», señaló José Navas.