T. CEMBRANOS

Límite de velocidad: 50 kilómetros por hora. La norma se aplica en todas las calles de la ciudad. Sin embargo, la Policía Local constata cada día que ciertos conductores prefieren pisar el acelerador más de lo que la ley permite aún a riesgo de ser «cazados» por el radar móvil o por las cámaras de seguridad que vigilan la circulación en el casco urbano. El efecto inmediato: una multa.

El análisis de los datos de infracciones llevadas a cabo por el radar móvil permite trazar el mapa de las calles en las que abundan las infracciones por exceso de velocidad. Se producen sobre todo en la avenida de Gijón, vía habitual para acceder a la autopista «Y»; en la calle Gutiérrez Herrero, ruta para ir hacia la variante de Avilés y donde hay varios pasos de peatones y un colegio en las inmediaciones, y en la calle del Muelle, por la que cada día centenares de vehículos transitan rumbo al centro de la ciudad o dirección a Salinas.

En apenas ocho meses (entre mayo de 2007 y enero de este año), los agentes de la Policía Local sancionaron a 814 personas tras haber sido pilladas in fraganti por el radar móvil, un vehículo que recorre las calles de Avilés para detectar infractores.

La avenida de Gijón (175) y las calles Gutiérrez Herrero (139) y el Muelle (125) fueron las que registraron un mayor número de sanciones, seguidas de la avenida de Lugo (85), el punto kilométrico 3,100 en Valliniello (83), Heros (75), la calle Leopoldo Alas (45), Fuero de Avilés (42) y la avenida de Cervantes (30).

Las multas emitidas, según explicó el concejal de Tráfico, Luis Ramón Fernández Huerga, se remiten a la Dirección General de Tráfico de Oviedo, que es el organismo que tramita las sanciones. La infracción puede suponer para algunos de los conductores «pillados» la pérdida de puntos del carné. Así, los que sobrepasaron en más de 40 kilómetros por hora la velocidad permitida se quedarán sin 4 puntos; 3 puntos si el exceso es de 30 kilómetros por hora, y 2 puntos si es en 20 kilómetros por hora.

El coche radar llegó a Avilés en febrero de 2006, tras un acuerdo entre el Ayuntamiento de Avilés y la Dirección General de Tráfico. La gestión compete a la Policía Local avilesina, de forma compartida con Oviedo. Su presencia en las calles de Avilés no es constante, aunque se prolonga dos o tres meses. Así, el coche radar permanece en la ciudad durante este mes y julio. El vehículo circula por los puntos más conflictivos de la ciudad -especialmente donde se han producido más accidentes-, donde existe más demanda por parte de los vecinos por la velocidad a la que circulan los coches o donde se han producido más atropellos. El objetivo de la medida es combatir la velocidad excesiva en el casco urbano y mejorar la seguridad de vehículos y peatones.

Avilés suma a ese servicio su propio detector de infractores. Se trata de una máquina similar a un radar que, actualmente, sólo está instalada en la plaza de los Oficios, y que fotografía a los coches que se salten los semáforos en rojo y aportará pruebas para tramitar la correspondiente multa. Además, diez cámaras vigilan las calles para regular el tráfico y la coordinación de los semáforos, aunque en ocasiones excepcionales se emplearán para sancionar infracciones.