Francisco L. JIMÉNEZ

Las relaciones o, más bien, la falta de las mismas entre los responsables de la nueva rula de Avilés y la Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas» fue motivo el pasado viernes de duros pronunciamientos en el seno del consejo de la Autoridad Portuaria, donde algunos consejeros llegaron a denunciar la existencia de «maniobras» instigadas desde la cofradía que estarían dirigidas a boicotear el buen funcionamiento de la lonja en estos primeros pasos de andadura comercial.

La queja no es nueva, pues ya con anterioridad se manifestaron en ese mismo sentido pescadores y comercializadores que, según declararon, perciben la existencia de «una campaña de desprestigio del nuevo complejo pesquero», así como presiones para «dividir» a los diferentes sectores pesqueros con intereses en el puerto de Avilés. No menos polémico fue todo el proceso seguido a lo largo de los últimos ocho años para construir y poner en marcha la lonja climatizada de Avilés, que como se recordará derivó en una agria polémica entre la cofradía y el Puerto, entre colectivos pesqueros y entre partidos políticos. Aquellos rescoldos que se creían apagados vuelven ahora, en medio de una seria crisis por el precio del pescado, a reavivarse.

Los consejeros más críticos de la Autoridad Portuaria reprocharon en el seno del consejo la «deslealtad» de la cofradía hacia la nueva rula, así como el «desentendimiento» de la marcha de la misma. A este respecto, pusieron como ejemplo las reiteradas ausencias -y no siempre justificadas- de los representantes de la cofradía en las reuniones del consejo de administración de la sociedad de la nueva rula, en la que «Virgen de las Mareas» tiene una participación accionarial del 33%. Otro consejero, en declaraciones a este diario, expresó su contrariedad por las trabas que, sistemáticamente, pone la cofradía para alcanzar un acuerdo en materias pendientes como la venta de maquinaria y otros bienes que se había acordado traspasar a la nueva rula. «Existe un claro ánimo de la cofradía por enturbiar el ambiente», afirmó este interlocutor.

Ante el cariz de los acontecimientos, el consejo del Puerto acordó por unanimidad respaldar expresamente el trabajo del gerente de la nueva rula, Ramón Álvarez, y dar «luz verde» al presidente, Manuel Docampo, para adoptar cuantas medidas considere oportunas para favorecer la buena marcha del negocio pesquero, entre ellas el posible desahucio de la cofradía del edificio que ocupa en el muelle pesquero.