F. L. J.

El Ministerio de Medio Ambiente tiene previsto dar hoy por concluida la campaña del buque oceanográfico «Vizconde de Eza» en aguas del Cañón de Avilés. Durante el último mes la tripulación a bordo del barco, integrada en su mayoría por científicos, se ha dedicado a cartografiar el fondo del cañón con aparatos especiales de alta definición, un trabajo que se unirá a otros realizados con anterioridad y que tiene por objeto disponer de elementos de juicio suficientes para decidir en el futuro acerca de las figuras de protección que puedan ser aprobadas para preservar la riqueza marina de este punto de la costa.

En las previsiones ministeriales figura la intención de repetir la visita al cañón para dedicar tiempo al estudio de las especies que lo habitan. Los pescadores asturianos siguen con recelo todas las novedades en relación a estas investigaciones, pues temen que una declaración de área marina protegida perjudique sus intereses pesqueros.

Lo que esconden las profundidades del Cañón de Avilés, una de las simas abisales cercanas a la línea litoral más importantes del mundo, ha sido durante años un misterio. Ahora, el Instituto Español Oceanográfico se ha propuesto conocer sus características, los tipos de hábitat y la composición y distribución de las comunidades bentónicas, que son los organismos que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos.